- Durante dos días se someterán a todo tipo de pruebas, incluido el polígrafo.
- Los que se nieguen serán expulsados del cuerpo en el acto.
Unos seiscientos policías de Monterrey, capital del norteño estado de Nuevo León, han sido acuartelados sin previo aviso durante dos días y serán sometidos a diversas pruebas que intentarán determinar si alguno tiene vínculos con el narcotráfico.
Según ha confirmado el alcalde de la ciudad, Fernando Larrazabal, durante esos dos días, serán sometidos a cinco pruebas distintas, entre las que hay exámenes psicométricos, antidopaje o la prueba del polígrafo, para determinar, a partir de los resultados que se conocerán el viernes, si pueden seguir en el cuerpo o son expulsados.
En ese periodo, efectivos del ejército, agentes estatales y una guardia de 140 uniformados municipales vigilarán la ciudad.
Según el Ejército mexicano, el crimen organizado tiene a personas infiltradas en la policía de Monterrey y muchos de sus efectivos trabajan para el grupo conocido como los Zetas.
En los últimos meses, varios agentes han sido detenidos por colaborar con cárteles del narcotráfico y se ha descubierto que incluso algunos policías secuestraron a ciudadanos para entregarlos a la delincuencia organizada, que los extorsionaba o asesinaba.
«Entendemos que éste será un momento amargo especialmente para los buenos policías, que son los más», ha señalado a los periodistas Larrazabal.
El alcalde ha destacado que los policías que no deseen someterse a los cinco exámenes podrán presentarse en el área de Recursos Humanos de la corporación para que sean dados de baja y se les liquide el cien por cien.