ACNUR teme que el conflicto en Sudán cause al menos unos 145.000 refugiados
Imagen reciente de una mujer sudanesa que huye de Jartum. EFE/EPA/STRINGER

Ginebra, 25 abr (EFE).- La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) anticipó hoy que el actual conflicto interno en Sudán, que según las últimas cifras de la ONU ha provocado 459 muertos y 4.079 heridos, podría causar al menos unos 145.000 refugiados en los vecinos países de Chad y Sudán del Sur.

En la rueda de prensa de diversas agencias humanitarias coordinada desde Ginebra, la representante de ACNUR en Chad, Lorena lo Castro, indicó que la agencia se prepara para recibir hasta 100.000 refugiados en ese país (por ahora se han contabilizado unos 20.000).

Su colega en Sudán del Sur, Marie-Hélène Verney, indicó que en ese territorio se espera a 45.000 refugiados de Sudán.

A esas cifras habría que añadir los sudaneses que han huido al también vecino Egipto, aunque la portavoz de ACNUR en Ginebra, Olga Sarrado, señaló que todavía no hay cifras exactas sobre el número de refugiados que ya han arribado a ese país.

A este éxodo se suma el de sursudaneses que estaban refugiados en Sudán y retornan a su país ante la escalada de hostilidades iniciada el 15 de abril: según la representante de ACNUR en el país, ya han llegado unos 4.000 de estos retornados a Sudán.

«La situación es muy difícil por lo remoto del punto fronterizo al que arriban, donde hay escasez de agua, alimentos y medicinas y algunos llegan allí tras largos días de viaje desde Jartum», señaló Verney en videoconferencia desde Juba, la capital sursudanesa.

Sudán acogía un millón de refugiados (entre ellos 800.000 del vecino Sudán del Sur) y 1,8 millones de desplazados internos antes de que se iniciaran las hostilidades entre el Ejército sudanés y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).

A su vez, Chad ya acogía a 400.000 refugiados sudaneses en 13 campos del este del país, muchos de ellos procedentes de la vecina región de Darfur.

La cifra de 459 fallecidos y más de 4.000 heridos fue aportada una vez más por la Organización Mundial de la Salud (OMS) citando datos del Ministerio de Salud sudanés, y matizando que las cifras reales del conflicto entre ejército y paramilitares podrían ser mucho mayores.

Nima Aeed Abid, representante de la OMS en Sudán, advirtió del peligro de brotes de malaria, sarampión y otras enfermedades en el país, donde según cifras de la ONU ya antes del estallido del conflicto un tercio de la población (15,8 millones de personas) precisaban de ayuda humanitaria.

El portavoz de la OMS en Ginebra Christian Lindmeier añadió que los ataques a hospitales han reducido el suministro de sangre para transfusiones y hacen temer a que los daños producidos a los centros sanitarios generen amenazas químicas y biológicas.

El portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, Jens Laerke, indicó por su parte que Sudán vive graves problemas de suministro de alimentos, agua, medicinas y limitados servicios de telecomunicaciones y electricidad, mientras los precios de productos esenciales se han multiplicado.

Las agencias de la ONU en suelo sudanés han sufrido en algunos casos el saqueo de sus almacenes de suministro de ayuda humanitaria, añadió el portavoz, algo que también ha sufrido el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), según indicó su director regional en África, Patrick Yussef, en la misma rueda de prensa.

El responsable de CICR dio la bienvenida a la tregua de 72 horas anunciada este lunes por el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y pidió su pronta implementación.

«Es una buena noticia para familias que en Jartum han pasado hasta ocho días sin poder salir de sus casas», aseguró Yussef, quien reiteró la necesidad de que los dos bandos respeten las vidas de los civiles en sus enfrentamientos.

Según Cruz Roja, todos los aeropuertos son impracticables para los civiles menos el de Port Sudan, el principal puerto marítimo del país y desde el que está pudiendo llegar ayuda humanitaria.

Los combates iniciados el 15 de abril entre el Ejército de Sudán y las FAR surgieron tras semanas de tensión en torno a la reforma de las fuerzas de seguridad en las negociaciones para formar un nuevo gobierno de transición.

Ambas fuerzas fueron los artífices del golpe de Estado conjunto que derrocó al gobierno de transición de Sudán en octubre de 2021.

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