
Monica y su pareja eran parte de una cultura fetichista llamada feeders.
Hace dos años, una mujer de Texas, Estados Unidos conocida como Mónica Riley, se fijó como meta ser “la mujer más obesa del mundo”, por lo que lle´go a pesar 317 kilogramos.
Este récord lo iba a lograr con la ayuda de su novio Sid. Los dos pertenecen a la cultura fetichista conocida como feeders, que es que un miembro de la pareja alimenta al otro, y lo alimenta para ganar peso siendo esto entonces una manera de excitación sexual.
Para lograr esto, Mónica comía diariamente seis perros calientes, cereal, batidos, seis bollos, cuatro hamburguesas de pollo, cuatro hamburguesas dobles con queso, papas fritas, 30 nuggets, macarrones con queso un galón de helado y productos de Taco Bell.
Sin embargo, este deseo cambió cuando supo que estaba embarazada, pero por su peso, tuvo dos abortos.
Ahora ser madre se había convertido en una prioridad para ella, más que ser reconocida por ser la mujer más gorda del mundo.
Por tal motivo, dio un giro total a su alimentación y pronto, empezó a ejercitarse.
Por otro lado, creía que si bajaba de peso, su pareja la vería menos atractiva, pero esto cambió tras hablar con él y él afirmar que la amaría por siempre sin importar su apariencia.
Logró un embarazo y ahora son padre de una pequeña.
- Compartir:
- Compartir en Facebook
- Compartir en X (Twitter)
- Compartir en WhatsApp
- Comentarios