
John Obi Mikel/Cortesía
El capitán de la selección de Nigeria, John Obi Mikel, sufrió la encrucijada de su vida cuando recibió una llamada cuatro horas antes del importante partido ante Argentina donde se jugaban los pasos a octavo de final, el nigeriano conversó con los secuestradores de su padre quienes lo sobornaron y le exigieron no decir nada a la autoridades.
Según relató el jugador al diario ‘The Guardian’, los criminales le exigían alrededor de 24.000 euros por su liberación, además “me dijeron que matarían instantáneamente a mi padre si informaba a las autoridades o se lo contaba a alguien”.
Explicó el capitán que “sólo un círculo muy reducido de mis amigos lo sabía. Tampoco quería discutirlo con el entrenador porque no quería que mi problema se convirtiera en una distracción para él o para el resto del equipo antes de un partido tan importante”.
El nigeriano jugó mientras este lamentable hecho ocurría, explicó que suprimió el trauma durante el encuentro por que “no podía decepcionar a 180 millones de nigerianos”.
Finalmente su padre fue liberado el día de ayer 2 de junio, quien está siendo atendido en un hospital debido a las heridas de tortura recibidas durante su cautiverio.