Un documental holandés retrata los excesos de una madre en cuidar la comida de su hijo: Solo puede ingerir frutas y verduras crudas que han hecho que el joven presente una desnutrición similar a la de los habitantes de cualquiera de las naciones pobres del mundo

En consecuencia, Tom mide aproximadamente 12 centímetros menos que la estatura promedio para su edad (15) y su nivel de desnutrición es comparable con el de niños que habitan los países más pobres de África.
Ésa es la historia que cuenta el documental holandés “Raw” (crudo, en inglés), cuya temática ha generado revuelo en las redes sociales y pone en el debate los temas de los excesos de la alimentación saludable y la obsesión por sacar de nuestra dieta cualquier alimento que tenga algún potencial daño para la salud.
El periódico español El País refiere que Tom es un joven normal, tiene novia, es callado y vive en una gran ciudad. Eso sí, jamás ha probado una hamburguesa, pescado a la plancha o un corte de carne.
De acuerdo con el documental, filmado por la cineasta Anneloek Sollart, la madre del chico asegura que el pescado contiene grandes cantidades de mercurio, que la leche tiene hormonas que pueden transtornar el crecimiento y que muchos productos de origen animal propician cáncer.
“La carne y los lácteos no son buenos para nuestra salud. Los cigarros son malos para la salud, la heroína es mala para la salud. ¿Debo decirle a mi hijo: ‘si los quieres, adelante?'”, es el primer diálogo de la estricta madre en el tráiler del documental.
Francis Kenter actualmente libra una batalla legal acusada de causar la desnutrición de su hijo y de eso se trata la secuela de “Raw”.
Aunque la documentalista recogió testimonios de trabajadores sociales y médicos, quienes aseguran que el desarrollo físico y mental de Tom está en riesgo por su restringida dieta, él aseguró a El País que mantener esta alimentación es decisión suya.
“Su curva de crecimiento es similar a la de un niño seriamente desnutrido de África”, sentencia una de las médicos consultadas en el filme.
Sin embargo la mamá de Tom sostiene que la dieta crudovegana es la mejor opción para la alimentación de su hijo, quien, al ser menor de edad, está bajo su entera responsabilidad.
En su reportaje, El País menciona que Tom tiene un hermano mayor, Ben, quien en cuanto pudo se mudó con su padre para dejar de comer lechuga.
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