Las autoridades descabezan un criminal urbano, y lo reemplazan siete ilegales más. La ciudad vive un infierno que se multiplica. La Ciudad está en manos de los bandidos. No existe lugar en donde no asesinen, no extorsionen, no atraquen, no roben carros, a ojos vistos. Ya los bandidos no tienen que correr porque la impunidad les facilita sus fechorías.
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