Y la seguridad ¿impávida?

Es alarmante lo que está sucediendo en las regiones de Colombia en materia de seguridad.

La primera semana de julio ha sido la peor para el Gobierno Nacional. Asesinato a mansalva de tres policías en Zulia, Norte de Santander, una detonación de un artefacto explosivo en una estación de Policía en Bucaramanga que dejó siete policías heridos, el secuestro de la sargento Ramírez junto a sus dos hijos menores en Arauca por parte del ELN y lluvia de balas en Fortul, Arauca, al presentarse enfrentamientos entre bandas criminales; a esto se suma todo lo que viene sucediendo en Buenaventura donde el crimen impone su ley y se moviliza campante y armados hasta los dientes.

Las alarmas están encendidas, las cifras de la Policía Nacional son impactantes. El secuestro ha aumentado en un 129% en lo corrido del 2023 y las masacres se han incrementado en un 16% comparadas con el mismo periodo del año anterior.

A esto se suma el incremento de la exportación de droga de narcotraficantes. Hoy se incauta 18% menos cantidades de cocaína, heroína y marihuana y la erradicación de cultivos ilícitos tiene una caída estrepitosa del 87%. Al mismo tiempo, incrementa el hurto y la extorsión en todo el territorio nacional.

El panorama es desalentador. La pregunta es, ¿qué está haciendo el presidente y su gabinete? ¿Qué estrategia tienen? Y si la tienen, ¿está funcionando?

Hasta el momento la única reacción del Gobierno Nacional frente a este panorama terrorífico ha sido iniciar un nuevo cese al fuego bilateral con el ELN – al mismo tiempo qué pasan estos actos en el territorio- que genera una paz total en la Casa de Nariño y en el Twitter del presidente Gustavo Petro pero no en el territorio, mientras el Ministerio de Defensa está impávido. A esto se sumó su propuesta de “pagar a jóvenes para no matar”, expuesta en un consejo de seguridad en Buenaventura por parte del primer mandatario.

Terminó siendo más rentable para reducir el desempleo ser un criminal que terminar una carrera universitaria.

Un llamado al Presidente y Ministro de Defensa, los colombianos queremos tranquilidad y seguridad y los mandatarios lo están necesitando y como expresó el alcalde de Bucaramanga “están mamados de ser la piñata de la fiesta” ¡Escúchelos!

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