El gordo Iván Mejía Alvarez (62 años) ya no es gordo. Bajó más de 40 kilos, pero como tiene huesos grandes nunca será flaco, aunque –para su tranquilidad- se mantiene bien físicamente.
¿Y su genio? Disparejo, dice él. Bravo en la radio y muy tranquilo en la casa.
Iván Mejía es –con Hernán Peláez- la pareja radial más exitosa de la radio del momento. Todos los días convocan a miles de oyentes que los siguen en “El pulso del fútbol”, a través de Caracol, a la una de la tarde. Ya completaron 10 años en el mismo trote.
Todo el mundo supone que están en directo, al aire. Pero no, graban antes y nunca se ven las caras.
Hernán trabaja desde su apartamento en Bogotá e Iván desde el suyo en Cartagena (la magia de la radio). El contacto físico que tienen es muy poco. Se ven tres o cuatro veces por año.
“La gente creería que somos amigos personales entrañables y no. Somos dos periodistas, cada uno cumpliendo con lo suyo, que tienen buena relación al aire. Más allá de eso, debo decir que con Hernán no he almorzado más de cinco veces en mi vida. Eso podría ser sorprendente. Mi cercanía con Hernán se limita únicamente al tema radial”.
Mucha gente se pregunta cómo pueden hacer un programa dos personas con temperamentos tan distintos: usted controvertido, polémico, arisco, y él conciliador…
Esa es la gracia del programa, mezclar. Qué tal juntar a dos personas ariscas y controvertidas, pues terminan dándose en las muelas; dos personas pacíficas terminan sin decir nada. Esa es la sal del programa, que somos dos temperamentos diferentes. Yo digo, acuso, ataco y él concilia. Creo que ahí está el secreto.
¿Ha logrado usted sonreír en los programas con Peláez?
Muchas veces. Hernán es dueño de un humor muy ácido, negro. Muchas veces me ha sacado sonrisas. Evidentemente Peláez es un gran maestro frente al micrófono. Es un tipo con unas salidas impresionantes, rapidísimo, nadie maneja mejor que él en Colombia los programas, es un conductor excelente. No solamente me hace reír, me hace pensar y recapacitar. También me ha hecho cambiar de opinión con sus reflexiones.
¿Quién los juntó?
Guillermo Días Salamanca fue el de la idea en “La Deportiva”. Cuando me lo propuso yo dije “esto no funciona” y creo que Hernán también lo pensó. Nos juntamos y ya llevamos más de 10 años en esto, en el día a día. Ha funcionado y perfectamente. El programa es, después del noticiero y de La Luciérnaga, el tercer programa más escuchado de CARACOL. Y eso que somos sólo dos tipos hablando….
¿Usted cuánto lleva en el periodismo deportivo y cuál es su biografía personal?
Estoy en el periodismo deportivo desde el año 1968, cuando hacía quinto de bachillerato en el Colegio Jorge Robledo. Iba un año delante del expresidente Uribe. Empecé a escribir en el Diario La Patria, después en Nuevo Estadio. Posteriormente en el año 1969 me vinculé en Radio Visión de Medellín, con el maestro Jaime Tobón de la Roche y Muñoz Ceballos, quien es mi padrino en materia radial así como en escrita es Javier Giraldo Neira. Estamos hablando de 42 años de profesión.
¿Qué le ha dejado su estilo urticante para algunos, sincero y rotundo para otros?
Me ha dejado la posibilidad de vivir bien, de educar una familia, de tener un lindo hogar, algunos juicios, algunas rectificaciones, algunos enemigos y algunos amigos.
¿Más enemigos que amigos o al revés?
Yo diría que eso está fifty fifty.
¿Se lo goza usted?
A usted también le ponen sus denuncias. Eso hace parte del diario. El que no dice nada, nunca le pasa nada, ni tiene enemigos, ni tiene rectificaciones. Pero el que dice, se equivoca alguna vez, usa el término que no es o alguna vez uno confía en las fuentes y la fuente sale chimba, entonces termina uno en líos. Pero los que hablamos y decimos cosas como usted y como yo, sabemos a qué nos exponemos.
¿Hacia dónde va profesionalmente?
Yo estoy más próximo al retiro. Estoy pensando seriamente en que no me quiero eternizar, estoy cerca de la puerta de salida, ya he cumplido. Ya no tengo ambiciones. Vivo en Cartagena, me dedico a pegarle a la pelotica, a jugar golf y a tratar de vivir. No me asusta el tema del retiro.
Peláez tiene 70 años y ahí va. Usted es más joven…
Es que Peláez es un adicto al trabajo, yo no soy adicto al trabajo. Esa es la gran diferencia.
¿Cómo es eso, si uno lo escucha a usted a toda hora y lo pensaría adicto también?
Yo no soy adicto al trabajo, soy un buen trabajador, que es diferente. Soy un tipo que cumple con las obligaciones con que se compromete. Es que Hernán Peláez vive y habla de radio y está metido en el radio. Usted lo escucha por la mañana y dice “anoche en Radio Reloj a las 3:00 de la mañana hubo un bache”. Está oyendo radio. Yo no sé a qué hora duerme, si vive pendiente de toda la programación de CARACOL, sabe todas las fallas de los controles, sabe las bobadas que decimos los locutores. Hernán vive metido absolutamente y su mundo es la radio, la radio, la radio. La mía no. La mía es muy diferente, yo tengo hobbies, juego golf, me gusta pasear. A Peláez no le gusta jugar nada aparte de jugar con los nietos y no tiene hobbies. Somos absolutamente diferentes. Eso es muy respetable de él.
¿Ya se pensionó?.
Ya lo hice. Es de las pocas cosas que le agradezco a Ernesto Samper.
¿Cómo analiza la radio de hoy?
Está muy estancada. Existe una empresa que es líder, que se llama CARACOL, que propone, que tiene fórmulas, ideas y existe una empresa que es una copietas, que es RCN. A RCN no se le ocurre absolutamente nada más que copiar la programación de CARACOL y tratar de hacer el mismo molde. Si usted mira, son los mismos directores. La renovación es escasa, con excepciones como la de Gustavo Gómez y Néstor Morales.
En la radio deportiva se acabaron las transmisiones, están dedicados a doblar. Hoy es más importante tener un buen televisor y un tipo que sepa ver fútbol en el televisor. Ya no se hacen inversiones. La radio deportiva tiene muy poca renovación. Alguna vez un ejecutivo de CARACOL me decía “yo estoy preocupado porque miro la plantilla de nuestras ‘estrellas’ y veo que son tipos de 58 años para arriba. No hay renovación. La nómina y las estrellas, seguimos siendo tipos mayores de 60 años y no viene nada atrás, que uno diga “llegaron los reemplazos”.
¿Cuáles son en su opinión, los grandes hombres de la radio colombiana?
El gran maestro de la noticia, se llama Yamid Amat. Es el tipo con más olfato periodístico que yo he conocido. El mejor periodista radial se llama Juan Gossaín. Es una melodía, es un tipo encantador, agradable, culto. Hernán Peláez es el rey Midas. Son los tres maestros del periodismo.
¿Cómo explica que estando Juan Gossaín al frente de RCN se haya hundido la cadena?
Creo que RCN no tiene alma, carisma. Poco a poco la gente ha terminado por convencerse de que en RCN la radio está al servicio del patrón. Lo que va a pasar por ejemplo con EL TIEMPO. Entonces allá hablan del precio del azúcar y las medidas son en contra del ministro. La básica es una empresa absolutamente desprogramada, copietas, sin ideas, no lanza productos nuevos. Salieron de Gossaín, llevaron a Pacho Santos y resultó un desastre.
¿Cómo ve la evolución del fútbol colombiano y los técnicos de la selección?
Creería que con Hernán Darío Gómez se estaba haciendo una tarea buena. Leonel Álvarez demostró ser absolutamente incompetente para manejar una selección nacional, tardaron demasiado en tomar la decisión de contratar al señor Pekerman. Pekerman apareció, me parece que ha hecho bien las cosas.
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