El papa Francisco inaugura este martes solemnemente su pontificado con una gran misa en la plaza de San Pedro del Vaticano, a la que llegó a las 8h50 locales (7h50 GMT) en un vehículo blanco totalmente descubierto, entre las aclamaciones de las decenas de miles de personas allí congregadas.

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En una mañana soleada, Francisco saludaba sonriente en medio de una ola de banderas de todos los países, muchas de ellas latinoamericanas. Además de dignatarios políticos y religiosos llegados de todo el mundo, se calcula que se reunirán en San Pedro unos 250.000 fieles.

Decenas de miles de personas empezaron a congregarse en la gran explanada vaticana desde su apertura, a las 6 de la mañana locales, en medio de un estricto dispositivo de seguridad formado por 3.000 agentes y varios helicópteros.

Entre la muchedumbre entusiasta, que debería superar en las próximas horas los cientos de miles, podía verse una pancarta del equipo de fútbol de San Lorenzo de Almagro, el favorito del Papa, con una imagen suya. «Es un acontecimiento que abre la visión de la Iglesia. Con el papa Francisco, tendremos una Iglesia más cercana al pueblo y al mundo moderno», dijo esperanzado el sacerdote colombiano Rodrigo Grajales, de 31 años.

La ceremonia religiosa comenzará a las 9h30 locales (8h30 GMT) y estará rodeada de un estricto dispositivo de seguridad, formado por unos 3.000 funcionarios del Estado italiano. El papa argentino (el primero no europeo y el primer jesuita) saldrá unos 45 minutos antes de la Casa Santa Marta, su residencia temporal, y se dará un primer baño de multitudes recorriendo en su ‘papamóvil’ la gran explanada vaticana.

Tras vestir sus ornamentos litúrgicos dentro de la basílica, rezará ante la tumba de San Pedro, el primer Papa y padre de la Iglesia, situada debajo del altar mayor, acompañado por una decena de representantes de las Iglesias católicas orientales. Junto a la tumba, estarán el anillo de pescador y el palio (una larga estola blanca que se coloca encima de la casulla), los dos símbolos de poder papal, que serán transportados por los diáconos.

El Sumo Pontífice se reunirá a continuación con sus 180 concelebrantes, antes de dirigirse todos juntos en procesión hacia el altar erigido en el exterior de la plaza cantando el ‘Laudes Regiae’, una letanía de invocación en honor a Cristo. Una vez allí, el cardenal protodiácono, el francés Jean-Louis Tauban, colocará ante los fieles el palio de lana (el mismo que llevó Benedicto XVI) sobre los hombros del exprimado de Argentina.

El decano del colegio cardenalicio, Angelo Sodano, le pondrá acto seguido el anillo del Pescador (que ha querido de plata y no de oro, como su predecesor) en el dedo anular de la mano izquierda. Hacia las 8h30 GMT, comenzará la misa propiamente dicha, de «inicio del ministerio petrino del obispo de Roma», su título oficial. El servicio religioso, en latín y griego para recordar a las Iglesias de Oriente y Occidente, no debería ser muy diferente del de la inauguración de Benedicto XVI en 2005, aunque tal vez algo más corta.

El Papa pronunciará en italiano su homilía, que según el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, debería dar «indicaciones sobre las orientaciones del pontificado» del excardenal Jorge Bergoglio. Francisco, que en menos de una semana se ha metido en el bolsillo a los fieles con su humildad y su espontaneidad, tiene un texto preparado pero a nadie sorprendería que agregara observaciones personales improvisadas en su tercera homilía desde que fue elegido papa el miércoles pasado.

En la primera, el nuevo pontífice expuso ante los cardenales los principios de su papado, «Caminar, Edificar, Confesar», y en la segunda habló de la misericordia y del perdón de Dios, nociones anunciadoras de una Iglesia más acogedora. Durante la comunión, que el papa no dará personalmente, un coro interpretará el canto ‘Tu es pastor ovium’ (tú eres pastor de las ovejas).

Al final de la misa, en torno a las 10h30 GMT, el Papa volverá a la basílica para quitarse sus ornamentos, antes de recibir a las 132 delegaciones extranjeras, entre las que destacan 31 jefes de Estado, incluidos al menos siete latinoamericanos. La presidenta argentina, Cristina Kirchner, ya se reunió el lunes en privado con el nuevo papa, a quien pidió que intercediera en la disputa que su país mantiene con el Reino Unido sobre la soberanía de las islas Malvinas, bajo control británico desde 1833.

También se encuentran en Londres los presidentes de los dos países con el mayor número de católicos del mundo, la brasileña Dilma Rousseff, y el mexicano Enrique Peña Nieto, así como sus homólogos de Chile, Ecuador, Paraguay, Costa Rica y Honduras. El gran ausente será el papa emérito, Benedicto XVI, quien tras su histórica renuncia el mes pasado, se trasladó a la residencia veraniega papal de Castelgandolfo, cerca de Roma, donde el papa Francisco le visitará el próximo fin de semana. CIUDAD DEL VATICANO (AFP)

Información previa:

Delegaciones de 132 países participarán de la misa de inauguración del pontificado del papa Francisco, a la que asistirán unos 30 presidentes -entre ellos la mandataria argentina Cristina Fernández de Kirchner-, representantes de la nobleza y de otros credos religiosos. 

El papa Francisco, durante su primera misa como pontífice la semana pasada. Foto:G3ONLINE

El papa Francisco, durante su primera misa como pontífice la semana pasada. Foto:G3ONLINE

La ceremonia se caracterizará por la «simplicidad» y si bien será extensa fueron acortados algunos momentos previstos por decisión del papa argentino.

No habrá procesión en el ofertorio, el Evangelio será leído solamente en griego y la comunión será distribuida, no por el papa, sino por unos 500 sacerdotes en la plaza.

Así lo informó el portavoz de la Santa Sede, el padre jesuita Federico Lombardi, en una extensa rueda de prensa en la que ofreció detalles de la ceremonia que se prevé sea multitudinaria y que comenzará a las 9.30 hora local, 3.30 de la madrugada  para Colombia.

Lombardi explicó que antes del inicio de la ceremonia el papa recorrerá la Plaza San Pedro a bordo del papamóvil para saludar a los fieles y, entre muchos detalles, precisó que el anillo del pescador que le será colocado mañana será de plata dorada.

Asimismo se precisó que -por decisión del papa argentino- la ceremonia se caracterizará por la «simplicidad» y si bien será extensa -se prevé que dure unas 2 horas- fueron acortados algunos momentos previstos.

Por ejemplo, no habrá procesión en el ofertorio, el Evangelio será leído solamente en griego y la comunión será distribuida, no por el papa, sino por unos 500 sacerdotes en la plaza.

El nombre exacto de la celebración de este martes es «inicio del ministerio petrino del vicario de Roma» y no se trata de una celebración de «entronización» porque el papa «no es ningún rey», aclaró el vocero en la conferencia, que es traducida también al inglés y al español.

Los medios italianos hablan de una concurrencia estimada en el millón de personas, aunque Lombardi aclaró que entre la Plaza San Pedro y la Vía della Concilliazione entran 250 mil personas.

Entre ayer y hoy, comenzaron a llegar a roma las delegaciones oficiales, varias de ellas presididas por mandatarios, muchos de ellos americanos como Dilma Rouseff de Brasil; Sebastian Piñera de Chile; Rafael Correa de Ecuador; Enrique Peña Nieto de México; Porfirio Lobo de Honduras; y Ricardo Martinelli de Panamá.

Lombardi precisó que la delegación más numerosa es la argentina, compuesta por 19 personas, seguida por la italiana con 16 personas y encabezada por el presidente Giorgio Napolitano.

Asistirán también los vicepresidentes de Uruguay, Danilo Astori; de Estados Unidos, Joe Biden; y de Cuba, Miguel Mario Díaz.

Desde Europa llegarán asimismo numerosos mandatarios. Por ejemplo, de España estarán presentes los príncipes Felipe y Letizia y el presidente del gobierno, Mariano Rajoy; el primer ministro de Francia, Jean Marc Ayrault.

Por último, se espera también la llegada de la argentina, Máxima Zorreguieta, la futura reina de Holanda, junto a su marido Guillermo; y el príncipe Alberto de Mónaco, entre otras personalidades.

Asimismo habrá numerosos representantes de las comunidades judías y musulmanas, y participarán unos 1900 seminaristas y sacerdotes católicos.

La primera parte de la ceremonia comenzará en el interior de la basílica de San Pedro, donde se encuentra la tumba de San Pedro, donde estarán situados dos de los símbolos del pontificado: el palio, que le será colocado luego en la plaza y el anillo del pescador, que fue hecho de plata dorada.

Luego, irán en procesión hacia la explanada de la basílica -el lugar exacto del martirio de Pedro en el Circo de Nerón- donde, tras la invocación de los santos, comenzará la misa del «inicio del ministerio petrino del vicario de Roma», tal la denominación exacta.

La misa será concelebrada por 180 religiosos: todo el colegio cardenalicio presente en Roma, no sólo los purpurados electores; los patriarcas orientales católicos y dos sacerdotes españoles, el superior general de los franciscanos, padre José Rodríguez Carballo, y el padre Adolfo Nicolás Pachon, principal general de la Compañía de Jesús.

El último rito de la ceremonia será el de la obediencia al nuevo papa por parte de los cardenales.

También se aclaró que la homilía será leída en italiano, y distribuida con embargo a los periodistas acreditados pero se advirtió que ante la «espontaneidad» que el papa argentino viene demostrando en sus primeros días de pontificado, los periodistas estén alertas ante cambios y agregados que pueda hacer el pontífice mientras la pronuncia.

Tras la misa, el pontífice recibirá a las delegaciones extranjeras en el interior de la basílica.



Con información de
26noticias.com.ar

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