El encargado de transmitirle, el martes, la mala nueva de su cesación como columnista de El Tiempo a José Obdulio Gaviria fue el secretario de la dirección del periódico, Luis Noé Ochoa, por encargo de su jefe inmediato.
La llamada telefónica para decirle que “no iba más” tomó por sorpresa al politólogo paisa, a sabiendas de que –por culpa de una grave infidencia- se hallaba metido en honduras. Creía que por su condición de ex consejero presidencial, habría merecido, al menos, la notificación a través del director Roberto Pombo.
La caída en desgracia del polémico primo de “Escobar, el patrón del mal”, no se habría dado si el Grupo Planeta no hubiese vendido el control accionario del influyente diario de la Avenida El Dorado al potentado bogotano Luis Carlos Sarmiento.
Gaviria Vélez fue uno de los mimados de los españoles por su cercanía con el ex presidente Uribe. En las llamadas “entrañas del monstruo” de que habló alguna vez el finado Luis Carlos Galán se decía en tono menor que José Obdulio “quitaba y ponía columnistas”. Uno de ellos es Saúl Hernández.
De su línea editorial subsiste, en El Tiempo, el ex ministro Fernando Londoño Hoyos, vehemente pregonero de la derecha; seguidor acérrimo de Uribe y crítico frontal de la gestión de paz en la que está empeñado el presidente Santos.
El columnista descabezado trinó al mejor estilo de su mentor tan pronto Don Noé, el hombre del Arca sabatina, lo enteró de su retiro involuntario de la nómina de colaboradores de las páginas de opinión.
En la semana transcurrida entre la monumental metida de pata del columnista y su exclusión del elenco de opinadores del primer diario del país, no se conoció ningún trino solidario del ex presidente al que ha defendido a capa y espada.
Siguiendo el práctico consejo del comediante mejicano Roberto Gómez Bolaños, “Chespirito”, situaciones como estas ”hay que tomarlas por el lado amable”. Además, periodista que se respete debe tener en su hoja de vida una, dos o más echadas.
Sabemos cuándo comenzamos a moler actualidad, pero nunca adivinamos hasta cuándo nos tendrán en nómina.
José Obdulio es la tercera baja de importancia que sufre la secta uribista, en menos de tres meses, en las grandes ligas del periodismo nacional: lo antecedieron Ana Mercedes Gómez, ex directora de El Colombiano, y Francisco Santos Calderón, ex director de noticias de RCN Radio.
El mentor intelectual y filosófico del Uribismo seguramente buscará espacio en los diarios antioqueños para airear semanalmente sus apasionadas diatribas.
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