La Contraloría General de la República le puso la lupa a cuatro obras de hospitales que presentan alto riesgo, bien sea por adecuaciones atrasadas o por desfases en sus obras, y esta intervención ocurre en medio de la pandemia, cuando más infraestructura de estas se necesita.
Según lo indicó el Ministerio, la primer alerta se emitió debido a la reubicación del Hospital Nivel I de Villa Rica, Cauca. Sobre este caso, actualmente el contrato (por valor de $7.138 millones) se encuentra suspendido. Transcurrido un 52% del tiempo del mismo, presenta un desfase del 10% y un avance financiero del 20%.
Por su parte, otro centro médico con alerta es la construcción de la nueva sede para la ESE Hospital Santa Ana de Muzo, en Boyacá. El avance físico ejecutado es del 3% cuando lo planeado era del 5%. Va transcurrido un 51% del contrato y completa más de 60 días entre prórrogas y suspensiones.
Ahora bien, la Contraloría encontró retrasos en dos obras, uno el Hospital La Samaritana, de Bogotá, y el Hospital Regional Norte ubicado en Sardinata (Norte de Santander).
Estas alertas se refieren a las adecuacionesdel Hospital Universitario de la Samaritana, en Bogotá (por $1.398 millones), y del Hospital Regional Norte del municipio de Sardinata (Norte de Santander), por $6.911 millones (incluyendo una adición de $534 millones.
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