El Alcalde de Bogotá Enrique Peñalosa anunció el pasado 28 de enero de 2019 la extensión de la vida útil del relleno sanitario de Doña Juana por 37 años más, a partir del año 2022. Año en el que finalizaría la capacidad del relleno actual.

Un anuncio que sorprendió a muchos, especialmente a quienes veíamos en Peñalosa al gran urbanista que llevaría a Bogotá a ser la capital del XXI; expectativa a todas luces defraudada en especial porque han sido las decisiones del mismo Peñalosa las que han condenado a Bogotá al atraso y a la contaminación ambiental.

Lo hizo primero, al cerrarle la posibilidad a los bogotanos de adquirir buses articulados eléctricos cero emisiones, condenando a los bogotanos en especial a quienes viven al sur de la ciudad, a seguir respirando los derivados del Diésel cancerígeno.

Ahora lo hace abriendo la posibilidad de extender la vida útil del relleno sanitario de Doña Juana, presentando unos estudios que lo extenderían por 37 años más; lo más desconcertante de todo este asunto es que el Alcalde en estos 4 años, en lugar de hacer estudios para implementar una nueva técnica de disposición final de los residuos, se dedicará a buscar las alternativas para hacer más grande un relleno que no da más, traicionando la confianza de quienes viven a los alrededores de este, que soñaban con que por fin el relleno se clausurara.

No es un secreto para nadie que enterrar las basuras es desde hace mucho tiempo una técnica que además de obsoleta, genera grandes impactos ambientales y afecta la calidad de vida de los habitantes que viven a su alrededor; por lo tanto lo que se esperaba de esta administración en pleno siglo XXI, es que empezará con la implementación de nuevas técnicas de disposición final de residuos como la termólisis o la hidrólisis.

Estas técnicas permiten la separación de los residuos reciclables de los orgánicos, los primeros son utilizados para su posterior aprovechamiento y los segundos para la generación de energía. Técnicas que ya son utilizadas en los países Europeos y en algunas ciudades de Estados Unidos promoviendo la Economía Circular impulsada desde el Ministerio de Ambiente en cabeza del Presidente Duque.

Es por esto que le hago un llamado urgente al Alcalde Peñalosa, a los Concejales y a la ciudadanía de Bogotá para que evitemos que se prolongue la vida útil del relleno sanitario de Doña Juana y empecemos a considerar la implementación de estas nuevas alternativas de disposición de residuos sólidos, sin seguir enterrando la ciudad con basuras ni poniendo en riesgo la vida de ningún bogotano; recordemos la emergencia sanitaria del año 1997 en la que se afecto a unas 600.000 personas por el derrumbamiento del relleno, dejando a la intemperie 1’200.000 toneladas de basuras aproximadamente.

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