El fenómeno dañino representado por Gustavo Petro, es el comienzo de una etapa que, en su máxima expresión, estará marcada por la miseria y la decadencia en la sociedad. A decir verdad, se han vuelto una moda las nuevas olas de la maldad: aquellas en las que los bandidos posan de faros morales, sobre las cenizas de los buenos, quienes, injustamente son tildados de forma negativa por una sociedad incauta, hipócrita, e ingrata.

La inversión de valores es lo que padece el mundo moderno. Y Colombia no es la excepción, pues allí los buenos son malos y los malos son buenos. Así tal cual se presenta el panorama político nacional. Presenciamos a un sujeto con una ola exorbitante de incautos que lo apoyan bajo el pretexto de que aquel les dará tierras gratis, casas gratis, fincas gratis, y hasta empresas gratis dizque para contribuir con la “productividad”. Ahora bien, ¿Cuál productividad si ello es lo que nos conduce a la cruel miseria? Para que sepan, en ello consiste el tal “pacto histórico” del socialcomunismo criollo; en una verborrea infundada denigrante de la política económica del Estado, tendiente a arruinar la estabilidad, los valores y el progreso de la democracia.

Hablemos claro: Son unos malvados, bellacos, bribones, que no tienen escrúpulos para engañar a las personas. Dirían en la costa caribe que son como las palomas: ¡Pura Paja y Caga’!

Pero más allá de la realidad el punto que vale la pena resaltar es el siguiente: nos debe quedar claro que la competencia no es directamente con Petro, dado que competir con este equivale a fortalecerlo para su acceso al poder. Ello está demostrado, empero se está ignorando dicha situación. Estratégicamente, el punto relevante es desatender a la persona en sí misma, verbigracia a Petro, a fin de dirigirse con exactitud a su ola de incautos.

El tema es de pura lógica: Petro es Petro por su gente, no por sus “ideas”. Sus tales ideas son traídas de los cabellos y su oratoria es propia a la de un galimatías que sabe hacer uso del discurso para lograr sus fines. Como diría Maquiavelo: el fin justifica los medios. Los medios de Petro radican en engañar a través de las palabras y su fin es acceder a como dé lugar al poder. ¡Es un truhan!

Ahora bien, ¿Qué podemos hacer para debilitar a Petro? Está demostrado que la mejor fórmula para neutralizar al fenómeno populista es con argumentos del mismo corte, pero extrayendo cualquier manifestación distante de la realidad. Si los contendores de otros partidos quieren evitar que Petro acceda a la presidencia de la república, la fórmula para ello es simple: hay que estructurar un discurso de su mismo talante, pero sin caer en la nauseabunda bajeza de su populismo.

Atacar a Petro es catapultarlo hacia la Casa de Nariño, contrario sensu, competirle con un discurso uniforme es arrebatarle parte importante de su electorado a fin de evitar su acceso al poder. La pregunta es: ¿Qué están haciendo los demás precandidatos para derrotar su fenómeno populista?  ¿Lo están neutralizando con sus ataques o por el contrario lo están fortaleciendo en exceso? Es cuestión de análisis. No queremos bajo ninguna circunstancia que Petro gane, pero si continuamos atacándolo contribuimos para que ello suceda.

La solución para la actual coyuntura electoral es arrebatarle a Petro esa gran proporción de incautos que ha enredado. Esto únicamente lo podemos lograr con acciones, con mucha cercanía en los territorios y con un notable discurso semejante al suyo, pero precisando a diferencia del populismo excesiva estructura, seriedad, y realidad.

En política hay que decir lo que los votantes quieren escuchar, por ello la causa que se enarbola en campaña siempre deberá ser la del pueblo y no la del candidato. Petro ha sabido jugar muy bien con ello; de allí el resultado de los sondeos. La diferencia es que ni el 5% de lo que él promueve lo podrá llevar a la realidad.

Conclusión: El punto que deben entender los demás precandidatos es que es menester hacer lo propio, haciendo uso de un discurso semejante pero realizable, encaminado a cautivar a los desubicados. Luego, esto no lo logrará un único precandidato de manera individual, sino todos unidos de forma coordinada, sin egos ni vanidades, en una gran coalición que tenga como baluarte proteger a la democracia colombiana.

@JuanDaEscobarC    

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Redacción Minuto30

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