La crisis financiera por la que atraviesa la joven y recién creada SAVIA SALUD, la EPS que conformaron el departamento de Antioquia, el municipio de Medellín y la Caja de Compensación Familiar Comfama, hace que nos preocupemos por su futuro y permanencia en el sistema de seguridad social. Es un problema que merece toda nuestra atención, pues contrario a quienes confían en su aparente papá rico, me refiero al Municipio de Medellín, creo que la realidad dice otra cosa.

Fabio Aristizbal

Una situación que parece ser cada día más crítica, con un panorama bien negro -como señalé en la anterior columna- es el atraso en los pagos, significativos y regulares con la red de servicios, y a su vez los pagos por servicios que debe recibir SAVIA de sus socios, por ejemplo, el moribundo departamento de Antioquia, que ya le debe 85.000 millones de pesos, y se dice que puede ser mucho más.

Los estudios contratados para arrancar su operación (tengo entendido que fueron dos o tres) suponían que los únicos dueños serían el departamento de Antioquia y el municipio de Medellín, es decir, que SAVIA sería una entidad netamente pública, y que la administración y manejo de los recursos estarían a cargo de las dos entidades. Sin embargo, consecuencia de los mismos, no sé en qué momento, ni por intención u orden de quién, entra en el negocio un socio que se había mostrado desesperado por abandonar la operación de su devastada empresa de salud: la Caja de Compensación Familiar Comfama, que pretendía tener una situación y un destino igual al adoptado por su homóloga caja antioqueña Comfenalco. Contrario a lo manifestado y a sus intenciones, vemos a Comfama entrar como socio del municipio y el departamento en esta nueva EPS. No es extraña esta composición accionaria, tampoco puedo catalogarla de desacertada. Tener a un privado podría reportar sus beneficios, sin embargo, me asisten varias dudas que deseo resolver, porque sí me parece extraño que quien estaba ansioso por salirse del negocio y del sistema, hoy siga tan vigente y actúe como administrador de la nueva EPS Savia, y es aquí donde me pierdo, pues era pública la inconformidad de Comfama con sus finanzas y con la administración de su población -evidentemente traía unos resultados catastróficos-, arrastrando unas pérdidas importantes para la Caja (mucho se rumoraba de cómo estaba comprometiendo y arriesgando los recursos de la caja por el negocio de la salud).

Muchos actores (gobernantes, profesionales de los gremios de la salud, gerentes de instituciones, entre otros) han resultado sorprendidos con las malas cifras de SAVIA. Se acusa al modelo de salud adoptado, al sistema general de seguridad social, a la administración de este Gobierno. Algunos dicen que es la red, y más de uno señala a la misma Comfama como uno de los mayores responsables de los malos resultados de esta nueva EPS, que claramente podemos decir, tenía todo para ser exitosa con la Dirección General en cabeza de un experimentado hombre: Carlos Mario Ramírez, especialista en la materia, ex viceministro de Salud y Protección Social, conocedor de las cajas y del modelo, reconocido profesional estudioso. Lo que yo y muchos dirían, un buen Gallo para enfrentar semejante reto.

A su conocimiento se sumaba la de muchos otros profesionales también experimentados de Comfama, y a una excelente junta directiva integrada por personas muy exitosas y expertas en administración de salud: los doctores Sergio Vélez, Jairo Humberto Restrepo y Luis Fernando Suarez, entre otros. La nómina entre administradores y Junta Directiva era de lujo. Sin embargo, y en muy poco tiempo, algunos de ellos prefirieron hacerse a un lado y renunciaron cuando los resultados de la EPS, en lugar de mejorar, cada día empeoraban, aburridos, quizá, de la poca atención de la administración a sus sugerencias e instrucciones.

Mi hipótesis de lo ocurrido (abandonos, renuncias, desengaños) tiene asiento en los resultados preocupantes expuestos por la entidad, me refiero a la EPS, pero no me explico, no entiendo por qué la misma Comfama fue designada por la EPS para administrar la nueva aseguradora, sobre la base de que ya conocía y tenía la experiencia en el modelo de SAVIA, patrón que los traía quebrados, hasta llevarlos a la crítica decisión de querer retirarse del negocio. ¿Quién dijo que al cambiar de dueños, manteniendo la misma fracasada administración, las cosas mejorarían?

¿Cómo así que el demostrado mal administrador debía continuar? No es coherente. Opino que debieron encargarse y echarse al hombro la nueva SAVIA, el municipio y el departamento, pues tenían con qué y con quién.

Cierto es que Comfama ha sido el único beneficiado en esta relación, pues su administración recibe un porcentaje de la unidad de pago por capitación UPC, proporción y pago que debía tener una disminución gradual cada año, que en el primero fue del 5.5% más IVA, según algunas fuentes consultadas. En Resumen, para que se den una idea, me cuentan que Comfama le puede haber cobrado a SAVIA por gastos de administración más de 60.000 millones de pesos solo en el primer año.

Mis inquietudes:

1. ¿Será que sí cuesta tanto dinero una administración que incluso no ha funcionado bien?

2. ¿Son tan supremamente buenos el modelo y los procesos implementados por Comfama para la administración de Savia, como para cobrar semejante monto?

3. Este año la Caja de Compensación Familiar reportó unas utilidades de 15.000 millones de pesos, cuando traía unos resultados nada buenos en años anteriores. ¿No será que estas utilidades son plumazos de las pérdidas de la EPS Savia?

4. ¿Cómo puede ser normal que Comfama demande a sus socios por más de 200.000 millones de pesos? ¿Por qué el departamento y el municipio resultan debiendo tanto dinero en un negocio en el que se supone que deben estar unidos por el bien de la entidad y de la región, incluso del país? ¿Qué quedó suelto? ¿Qué no quedó claro o cómo fue el negocio?

5. Vale cuestionarse cuáles fueron las verdaderas razones que originaron la salida de algunos expertos que conformaban la Junta Directiva de SAVIA.

6. ¿Será que los costos de administración cobrados por Comfama se compadecen con la realidad de la EPS SAVIA?

7. ¿No estaremos ante un contrato desbalanceado en el que solo arriesgan los dos públicos y el otro va en coche?

8. ¿Si el case de Comfama era precisamente su experiencia, su know how, su sistema de información, qué pasó entonces?

9. ¿Será que Comfama sigue chupándose la Savia de Savia y le deja el tallito seco al municipio y al tímido departamento?

10. Tengo dudas sobre el origen de la EPS, si se habrá constituido como entidad sin ánimo de lucro.

11. ¿Se habrán aplicado los modelos de salud que proponían en la creación? Quisiera que se revisaran la ordenanza y el decreto que dieron vía libre a la creación de Savia. ¿Estarán cumpliendo?

12. Hay que capitalizar la empresa. ¿Estarán listos y dispuestos los socios para hacer el case?

13. ¿Qué dice el Gobierno Nacional? ¿Con cuánto piensa ayudar la Nación en un problema que también es de ellos?

14. Cuando de la crisis de Savia también es responsabilidad del Gobierno Central, ¿qué dirá el Ministro de esta situación?

Deben ser múltiples las causas adicionales que han contribuido a la crisis de Savia, y hay circunstancias que empeoran la situación, debido a que según tengo entendido, Savia nació jurídicamente muerta. Hoy el código o la licencia con la que opera la EPS es el mismo que tenía Comfama. Mejor dicho, hoy tendría Savia que habilitarse como entidad promotora de salud, pero es evidente que con estos resultados no lo es posible, pues no cumple ni con el margen de solvencia ni con el patrimonio que exige la ley. ¿Será que gracias a esta situación, Comfama está sacando provecho? Lo cierto es que por ahora tendrán que capitalizar.

Porque lamento profundamente la situación de Savia, y deseo su permanencia y continuidad, quiero dejar una reflexión final respecto a sus antecedentes y presentes, pues lo que está demostrando esta EPS mixta, en la que el Gobierno puso tanto empeño y mencionó como modelo ejemplo en Colombia, puede estar fracasando por los costos de administración y su modelo de gestión, o por los dos. Lo que prometía ser un proyecto exitoso, hoy tiene el futuro muy enredado y los socios en orillas distintas, con un solo visiblemente beneficiado, recuperando pérdidas: el privado.

Les dejo estas reflexiones

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Redacción Minuto30

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