El periodista italiano Simone Bruno (40 años), amigo de Romeo Langlois (francés 35 años) , secuestrado por las FARC, considera que en Colombia hay una guerra feroz, “bastante invisible” porque los periodistas nacionales no la cubren debidamente ni informan a plenitud sobre ella.

Por Edgar Artunduaga

“Hay pocos periodistas que van a cubrir esos combates. Si uno se mete en la tarea de ir a los sitios de guerra tiene trabajo por tres o cuatro carreras periodísticas”.

Simone dice que se enamoró de Colombia, como su amigo Romeo, con quien estuvo en el Caquetá horas antes del episodio que terminó con su desaparición. Vinieron al país hace una década y se amañaron.

Al final –explica su trabajo periodístico-  a uno le duele el conflicto y viviéndolo de cerca, le duele la población civil que está involucrada. Uno espera que visibilizando, se ayude a bajar la indiferencia del conflicto y se pueda tener prontamente una solución pacífica”.

Muchos periodistas extranjeros son acusados por un sector del gobierno y la sociedad de afectar negativamente la imagen del país con sus informes en medios europeos, cuando no de ser cómplices de la guerrilla.

Bruno responde que si hay un problema no hay que esconderlo: “No cubrir la guerra y no contar lo que pasa en Colombia, es como levantar el tapete y esconder las cosas. Creo que visibilizar y contar la realidad a los colombianos que viven en la ciudad y que no tienen ni idea de lo que pasa en las zonas rurales, es una forma para que el conflicto se acabe de verdad y no que se acabe solamente en los medios”.

Al periodista italiano, que trabaja muy en llave con su amigo Langlois, le impresionan los personajes de la guerra colombiana, campesinos y gente humilde que se convierten en héroes invisibles. Anuncia que seguirá en el país, no obstante los peligros y lo que le ocurrió a su colega francés.

Tal como están las cosas y tal como usted las ve, ¿esta guerra va para largo en Colombia?

Yo creo que esta guerra va para largo, hasta que los colombianos no exijan a todos los actores, que pare, Esta guerra es un negocio para narcotraficantes y para mucha gente. Los únicos que pueden acabar con el conflicto son los colombianos, si deciden hacerlo. Por eso es que tienen que estar informados sobre lo que realmente está pasando.

¿No son suficientes las marchas y las protestas realizadas?

La sociedad civil,  si uno mira las encuestas, no está muy informada de lo que pasa y no tiene muchas ganas de que se acabe el conflicto. Una cosa que a mí siempre me impresiona, es que este es el único país del mundo cuya población no pide a nivel de voz pública que se acabe. La mayoría de la gente no quiere negociadores de paz. No conozco otro país que esté en guerra donde la gente no quiera paz, o por lo menos, no quiera negociar la paz. Uno sabe la historia, uno sabe que muchas veces los negociadores no han servido para nada, pero es la única vía, un negociador serio.

¿Cuáles eran los planes con Romeo?

Nosotros salimos hacia la base militar para cubrir un operativo contra el narcotráfico. Trabajamos conjuntamente. Los informes los transmitimos en francés (en su voz) y yo en inglés.

¿Romeo portaba prendas militares?

Sabemos que en el ámbito del Derecho Internacional Humanitario, las figuras periodísticas tienen que ser protegidas al interior del conflicto armado. Romeo vestía con prendas civiles pero por su seguridad, tenía un casco y un chaleco antibalas, que no eran de propiedad suya. Obviamente pertenecían al Ejército.

¿Usted regresó, él se quedó, las cosas no salieron como las tenían presupuestadas?

Digamos que la guerra no está en el tiempo de los periodistas. Hubo mal clima, está lloviendo mucho y cuando llueve mucho, no se pueden ejecutar operativos.

Independientemente del actor con el que está trabajando, porque Romeo ha trabajado con todos los actores del conflicto, uno se tiene que adaptar a los tiempos de la guerra, no es la guerra que se adapte a los tiempos de los periodistas.

¿Cómo y con quiénes coordinan estos acompañamientos?

Haciendo este trabajo por muchos años, uno desarrolla una serie de contactos y cuando quiere hacer un tipo de cubrimiento llama y pregunta por una próxima operación. Después va a la zona y decide si la operación es de interés. Estamos en un país en guerra y en este país en guerra hay operaciones todos los días. Esto es lo que uno hace, va a cubrir algunas de estas operaciones cuando es de interés.

¿Y cuáles son las condiciones y responsabilidades?

Nos informan que estamos protegidos por ellos, pero es el periodista mismo, la persona que se protege. En momentos cruciales hay que decidir si se deja de grabar, si se declara civil o qué camino tomar. Es una decisión del periodista de meterse a cubrir con los diferentes actores armados, el conflicto colombiano.

Hay una discusión sobre si Romeo estaría secuestrado o simplemente desaparecido…

Yo no puedo saberlo realmente. Hay unas versione del Ejército, que estuvo en la zona, que nos dicen que Romeo dejó todo y se fue hacia la guerrilla. Es una opción.

¿Romeo y usted han tenido encuentros anteriores con grupos armados ilegales o con la guerrilla, en particular?

Romeo ha trabajado con todos los actores armados de este conflicto. Él ha tenido contacto con todos los actores, desde rasos participantes del conflicto, hasta comandantes de todo tipo. Ese es su trabajo y el mío. Si se quiere mirar el trabajo de Romeo se puede verificar, está contado en sus informes.

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Redacción Minuto30

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