Silvestre Dangond/ Tomada de Instagram: @silvestredangond

Silvestre Dangond/ Tomada de Instagram: @silvestredangond

El cantante de vallenato Silvestre Dangond le contó a ‘Los informantes’ la historia de su vida y cómo fue que dejó de vender empandas para volverse una estrella de la música.

Además, también afirmó que su éxito tiene que ver con el carisma que no lo deja mentir.

Es la forma mía, es la forma de conectarme con el público; es mi esencia callejera, pueblerina, innata, sabrosa, “brumitera” […] esa aura; esa cosa chévere que tiene uno que, al final de la historia, la gente te busca es por eso; porque contigo se ríe, contigo se desahoga, o sea, eso es lo más bacano que yo tengo”, dijo a Los Informantes.

A mí no me gusta a vender lo que no soy, pa’ qué; no tengo necesidad”, apuntó al programa .

“Vengo de unos papás buenos, muy buenos […] gente buena; mi familia es gente buena”, destacó Silvestre, con sensibilidad a su papá William, quien afirma ser un músico que no tuvo éxito soñado pero a quién afirma, haberle heredado lo parrandero, mujeriego y querendón.

Tras decir esto, Silvestre se conmovió y luego afirmó haber madurado con los años, aunque tarde.

“Eso es lo que ha pasado; yo era para que hubiera madurado antes, pero nada”, lamentó.

Cuando era pequeño, ayudó a su papá a vender empanadas en la Terminal de Valledupar, y ya en edad, se mudó a Bogotá donde empezó su carrera musical.

“Me viene para Bogotá y aquí empecé a tocar guitarra y actuar en coros de otros cantantes […] cuando uno de los músicos se cansaba, me daban la oportunidad para que yo cantara; entonces yo cantaba y echaba chistes y yo hacía reí y tal”, dijo Dangond.

Me he vuelto prudente porque a la gente no le gusta que le digan la verdad. El mundo vive en la mentira, entonces como la gente le gusta la mentira, entonces hay que echarles mentiras para que estén contentos”, dijo.

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