El pasado miércoles 25 de septiembre varios pescadores de la región de Sabah de la Isla de Borneo en Malasia, se toparon con el cadáver de un elefante pigmeo amarrado a un tronco y flotando en el río, el animal en peligro de extinción presentaba 70 heridas de bala y le faltaban los colmillos.
De acuerdo al equipo de veterinarios que examinaron el cuerpo, los disparos se realizaron a corta distancia y con un arma semi automática, aunque no pudieron determinar el orden de los disparos estos creen que la muerte del animal fue sumamente cruel y solo falleció hasta que los cazadores le propinaron un tiro de gracia en la cabeza.
El departamento de Policía inició la investigaciones para encontrar a los responsables y tras una redada en el distrito de Tawau, gracias a un aviso ciudadano, lograron capturar a tres malayos y un inmigrante ilegal cuya nacionalidad no fue revelada, quienes estarían involucrados en los hechos.
En el lugar se incautaron dos rifles, una escopeta y munición para los mismos, uno de los detenidos guió a los investigadores hasta el lugar donde fueron enterrados los colmillos, a 10 kilómetros de donde el elefante fue asesinado.