Una mujer en China compró un perrito que creía que era de raza Spitz, en una tienda de mascotas, pero a los meses se dio cuenta que su animal realmente era un zorro.
La chica pagó unos 190 dólares por el cachorro el pasado julio, y se parecía con dicha raza, pero no sospechó.
Lo que comenzó a ocurrir, es que el animal comenzó a tener comportamientos inusuales de un perro, nunca ladró, tenía pelo grueso y una esponjosa cola. Además, odiaba el concentrado y amaba las frutas y el pollo.
La joven corrió a un zoológico para conseguir consejos de un experto, y allí le confirmaron que el animal era un zorro.
Tras enterarse de esto, entregó al animal a los especialistas para que le ofrecieran una mejor nutrición y una mejor calidad de vida.