Una habitante de Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina, conocida como Susana Chiramberro, es una madre que sufre al ver a su hija siendo consumida por la dependencia de a la droga.
Paula Cipriano es la hija de Chiramberro, quien tiene 30 años y su adicción se a desbordado a un punto que su mamá no vio otra salida que amarrarla a la cama para que no salga a buscar más droga, pero la joven se escapó.
«Se habrá ido a las villas a donde va a comprar droga y en unos días volverá» rumoró la mamá resignada por el paradero de su hija, quien añadió: «La anteúltima vez que volvió, estaba como loca queriendo pegarle a la gente. Otras veces las tenemos que entrar porque la encuentran tirada por ahí».
La muchacha comenzó su adicción a los 20, cuando empezó con el consumo de cocaína. Su situación empeora cada día más a pesar de haber dejado de consumir durante 7 meses, después de asistir a una Iglesia Evangélica, pero recayó.
La madre pidió un permiso ante la Justicia de Familia, para retener a su hija con ayuda de su esposo, y de esta manera amarrarla a la cama con las ventanas cerradas para evitar que fuera a consumir más estupefacientes.
A pesar de sus esfuerzos, la joven escapó y ahora la madre desconoce su paradero.
«Yo no sé qué más hacer. Ella tiene dos hijos, uno de 13 años y otro de 3, y nosotros los queremos preservar», dice Susana.