Horas después de la proclamación como fórmula vicepresidencial del Presidente Santos, Angelino Garzón tomó la decisión de no aceptar la embajada en Brasil. Parece que usted y el Presidente han logrado incomodarlo bastante…

Edgar Artunduaga

Edgar Artunduaga

No, no sabría decirle. Desconozco cuáles son los motivos o las causas de esa decisión.

¿Cómo es la relación suya en términos políticos con el vicepresidente Angelino Garzón?

Hemos tenido una relación cordial. No tuvimos nunca ninguna dificultad propiamente. Y eso que competencias que él ejercía también eran muy propias del ministerio del Interior. Dentro de las funciones está el tema de minorías, de derechos humanos, todas competencias que son atribuibles al ministerio del Interior. Recuerdo haber trabajado con bastante armonía y efectividad en esos temas.

Sin embargo, varios medios señalan que existe entre ustedes una fuerte rivalidad y críticas suyas a Garzón por su locuacidad…

Pues mire, lo que se le está proponiendo al país, y lo ha hecho el presidente, es cambiar las competencias y las funciones de la vicepresidencia.

Y cuando me refiero a comentarios sueltos que usualmente se hacen desde la vicepresidencia me refiero a declaraciones como la que vi la semana pasada, en donde se señalaba que esto no era un concurso de belleza y claro, son a esas declaraciones, dadas por el propio vicepresidente, a las que me refiero.

Si uno tiene competencias, cosas concretas, un trabajo específico, pues no tiene que estar hablando de todos los temas de la administración.

¿Se refería a Angelino?

Sí, sí, claro, naturalmente. Por eso advierto que no me gustó esa declaración que emitió la semana pasada como algunas otras en el sentido de descalificar a sus propios compañeros de gobierno.

Es evidente, entonces, que se ha deteriorado esa relación.

Yo no sé qué impacto produjo el hecho de que ahora la idea sea redefinir el cargo de la vicepresidencia, espero que no se haya molestado. Pero en un país tan complejo como Colombia, con tantos problemas, sin duda es muy conveniente que quien haya de ocupar ese cargo ocupe un rol en la administración pública de coequipero mucho más activo de lo que hemos tenido hasta el momento.

Pues le cuento doctor Vargas Lleras que Angelino Garzón sí se disgustó. Dijo «hay señoritos disgustados porque el vicepresidente está opinando mucho», aludiendo a declaraciones suyas…

Bueno. No quiero participar más de esa polémica ni hacerlo con nadie. Yo creo que, como le digo, esto es una campaña que debe basarse en ideas, en propuestas. Lo hice hace cuatro años y será la línea de conducta que tenga ahora, no incurrir en provocaciones ni en descalificaciones, sino concentrarnos en el objetivo central.

¿Qué responde a quienes se quejan porque usted y el Presidente Santos, constituyen una fórmula centralista?

Si hay alguien que desde muy joven viene recorriendo este país en innumerables ocasiones, que lo conoce al detalle, que lo interpreta a cabalidad, he sido yo. Perdóneme que se lo diga pero siempre es bueno recordarlo.

Tanto en el cargo de ministro de vivienda, también en el Interior, no hice nada distinto a conectarme con las regiones. Los programas que en materia de agua potable y de vivienda se ejecutaron, no tienen precedentes. En igual forma, ya como senador y desde muy joven cuando trabajé en el ministerio de Agricultura, tuve esa vocación. Por eso pienso que estoy en condiciones como coequipero del presidente, de interpretar a cabalidad las necesidades, las angustias regionales.

Durante este último año en la Fundación Buen Gobierno me dediqué una vez más a visitar los departamentos, a llegar a sus municipios, a definir sus prioridades en materia de inversiones públicas, qué proyectos necesitaban, los viejos sueños, todas aquellas iniciativas que estimularan el crecimiento, la generación de empleo, el desarrollo de las regiones, han sido el objeto de mis principales preocupaciones.

La semana entrante se inicia la campaña y que bueno será poder llegar a cada región para plantearles en concreto los compromisos que asumiría el próximo gobierno en materia de obras públicas.

No critican ni desconocen la trayectoria suya, el conocimiento que tiene de la problemática del país, sino los orígenes. Ambos de la alta clase bogotana, ambos centralistas…

Lo importante es el compromiso que se tiene con las regiones, con sus municipios, el poder entender a cabalidad, el poner en marcha la solución a tantos problemas que aún aquejan a las diferentes regiones del país.

Cuál sea el origen me parece un asunto menor, nadie podrá creer, lo sabe bien el país, que por mi origen, por haber nacido en Bogotá, ser bogotano, desconozco en absoluto la realidad de este país.

A Horacio Serpa y a otros dirigentes les preocupa su escepticismo en el tema de la paz. ¿cuáles son sus preocupaciones?

Bueno, probablemente el doctor Serpa no me escuchó de manera integral. Yo he guardado un prudente silencio porque desde el inicio del gobierno del presidente, como es lógico, nos dio instrucciones en el sentido de que lo que ocurría en La Habana era un asunto al cual tan solo él y los negociadores se iban a referir.

Ahora, eso no me permite desconocer que como nunca antes se ha avanzado en esa negociación, y en advertir también de que sería el colombiano más feliz si la misma se concreta y se verifica una desmovilización de los integrantes de esa organización y también la entrega de las armas. Por supuesto, con el compromiso cierto de cumplir a cabalidad esos acuerdos. ¿Cómo no ganaría el país? Que ventaja enorme anticipar la solución final de este conflicto.

Ahora, también hay que reconocer que a diferencia de procesos anteriores, en éste la Fuerza Pública no ha bajado un día la guardia. Permanentemente se mejora su capacidad logística. Es en el gobierno del Presidente Santos cuando se le han propinado los más duros golpes a esa organización. Recuerde la caída de Cano, de Jojoy y de centenares de integrantes de la misma guerrilla, que semana a semana son capturados.

De manera que participo de la idea de no bajar la guardia, sin perjuicio de que muy pronto podamos tener noticias muy positivas de La Habana, que le repito, sería algo que me llenaría de felicidad y en lo cual estaría dispuesto a participar en la forma en que el presidente lo estime conveniente.

¿No hay tal escepticismo entonces?

Bueno, yo creo que todos los colombianos tenemos algún grado de escepticismo de que finalmente esos acuerdos se logren concretar, pero ya se lo señalé, también hay que reconocer que nunca antes se había avanzado tanto y con tanta celeridad.

A propósito de los cambios militares de los últimos días, algunos sectores hablan de desmoralización en las Fuerzas Armadas. ¿Qué conocimiento tiene usted sobre lo que está pasando adentro, doctor Vargas Lleras?

Pues no mucho ni tampoco muy distinto a lo que sabe la mayoría de los colombianos. Ahora, no puede confundirse el que se hayan puesto en evidencia actos inadmisibles de corrupción al interior de la institución, a que eso conlleve a una desmoralización de la fuerza pública.

La inmensa mayoría de los soldados, de los suboficiales, de los oficiales del ejército son gente proba, correcta, que deberían celebrar como todos esperamos que se revelen los nombres de aquellas personas que desdicen de la institución con comportamientos a todas luces inapropiados, delictivos, y que en nada hacen honor al gran esfuerzo que la institución cumple a diario.

Se ha venido especulando sobre una reforma política que presentaría el gobierno en tres aspectos: negar la reelección presidencial, volver la elección regional y pensar en las listas cerradas…

Hemos venido discutiendo al interior de la Fundación con directivos de los partidos, con el propio presidente, la conveniencia de que la agenda legislativa pueda incluir estos aspectos, que usted ha precisado con exactitud.

La primera idea sería pensar en la eliminación de la figura de la reelección presidencial, eventualmente contemplando la ampliación del periodo en uno o dos años, y advirtiendo claramente que no cobijaría al presidente. Lo menciono porque ya en el pasado hubo un equívoco en una cumbre de alcaldes donde el presidente sugirió inicialmente esta idea pero se malinterpretó. Algunos pensaron que él estaba sugiriendo la propia ampliación de su periodo. Eso nunca fue cierto ni es posible en virtud de la jurisprudencia que ha fijado la Corte Constitucional.

La segunda idea también es correcta. Muchos creen que la circunscripción nacional no cumplió con el propósito que inicialmente inspiró a los constituyentes del año 90. Que por el contrario, ha envilecido a la política y que vale la pena considerar regresar a las circunscripciones regionales, así sea conservando una fórmula mixta que garantice los derechos de los partidos minoritarios.

Y el tercero mucho más polémico, consistiría en eliminar la figura del voto preferente y que los partidos adelantaran sus consultas en la forma que lo estimaran pertinente pero finalmente lleven listas cerradas a la consideración de los electores.

Lo planteó el exsecretario de gobierno de Bogotá, Guillermo Alfonso Jaramillo, que usted estaría moviendo los hilos de la revocatoria contra el alcalde Petro…

No es cierto, cuando le preguntaron al doctor Jaramillo cuál era su fuente no pudo contestar porque no es verdad. Yo no tengo nada que ver ni intervengo en la apropiación de los recursos que ha solicitado el señor registrador para la definición de una fecha ni la organización de una consulta de esa naturaleza. Tampoco intervengo ante las altas cortes ni en uno ni en otro sentido. De manera que he estado ajeno a esa situación.

Sí me preocupa mucho la interinidad que está viviendo Bogotá. Qué bueno que, como se ha especulado esta semana, el propio Consejo de Estado, el Consejo Superior de la Judicatura, finalmente definan cuál ha de ser el futuro de la ciudad de Bogotá en un sentido o en otro, pero esta interinidad está causando mucho daño a la ciudad.

¿Le gustaría más que se fuera Petro?

Le he señalado que no he intervenido en ese tema. Espero las definiciones jurídicas sobre su caso. Resulta muy aventurado vaticinar cuál ha de ser el resultado. Todo es muy confuso, pero es necesario que pronto termine esta incertidumbre.

Doctor Vargas Lleras, ¿qué piensa de que algunos dirigentes de su partido estén utilizando el tema de las casas gratis que entrega el gobierno para realizar sus actividades proselitistas y su campaña publicitaria?

He sido una persona sumamente cuidadosa con ese tema. De hecho, desde el momento en que me retiré del Ministerio de Vivienda, jamás volví a concurrir teniendo todo el derecho de hacerlo, y en mi condición de particular, a ninguna entrega de las casas.

Sí he defendido con mucha vehemencia la política pública que implementamos, porque dio excelentes resultados. Y al interior de este debate político hemos propuesto, se lo hemos dicho al presidente, ampliar las metas inicialmente fijadas. Si hay una política que ha tenido muy hondo contenido social ha sido la de vivienda. Miles y miles de colombianos que jamás tuvieron la capacidad de hacer un ahorro programado, que nunca fueron sujetos de crédito, han materializado su sueño de tener casa propia.

Ahora, no le quiero eludir su pregunta, un candidato en el departamento de Córdoba que nunca he visto en mi vida, utilizó el programa de la vivienda gratuita para hacer su propia propaganda electoral. Muy inconveniente que eso haya ocurrido, ya es objeto de investigación. Así se hizo y fue el propio ministro de Vivienda quien transmitió esas denuncias.

Surge un segundo caso, el del doctor Rodrigo Lara. Al respecto le diría, yo creo que cometió una equivocación, lo hizo probablemente su firma de publicidad al señalar en ella que estarían entregando viviendas. Rodrigo Lara es un candidato a la Cámara por Bogotá y desafortunadamente por tropiezos que son bien conocidos, en la ciudad de Bogotá no se ha logrado entregar ni una sola de las viviendas del programa para la capital del país. De manera que poco podría aprovecharse realmente de unas viviendas que aún no han sido entregadas.

Reconozco que cometió una equivocación seguramente atribuible a su agencia de publicidad. Pero también el Partido Liberal viene promocionando su ley de víctimas y la restitución de tierras, lo ve uno con las cuñas de televisión del partido MIRA que prácticamente se apropió de toda la legislatura, de los proyectos que se tramitaron en el Congreso.

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Redacción Minuto30

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