Toda sociedad organizada necesita indefectiblemente quien la dirija y coordine, por eso surgen entre sus miembros líderes naturales y si no surgen de esa manera natural la sociedad los crea bajo el precepto de los intereses comunes.

César Eugenio Martínez

En esa misión aparece la burocracia que es en suma el ejercicio del cargo público válido y necesario, pero también llegan las disputas o rebatiñas para que ese poder esté en la titularidad de uno u otro individuo según la corriente partidista que ofrece en nuestro caso la democracia.

La mirada de los creadores de nuevos líderes apunta a talentos humanos visibles en cada pedazo de la geografía, no solo que signifiquen ser buenos intelectuales sino que representen caudal electoral para que lo acerquen al partido político de su descubridor. Cada buscador ofrece más que su competencia y por eso el señalado puede elegir en qué dirección ideológica se encamina.

Parece que nada cambiara en este escenario histórico que convierte muchas veces en simple estigmatizado a un ciudadano de bien que fue reclutado por el quehacer oficial; como un castigo por su buen servicio podrán muchos de los elegidos ser masacrados por la crítica o de verdad sufrir la derrota moral consecuencia de sus desaciertos.

Hoy puede que esa forma casi rutinaria de elección de dirigentes públicos no se cambie sustancialmente, pero sí son cada vez más cortos los ciclos de permanencia en el poder de estos, pues la vida moderna con los sistemas de comunicación de avanzada le dan al ciudadano del común elementos esenciales que distancian definitivamente a las partes o las ponen a la par en una continua crítica que aceptada con humildad e inteligencia se puede tornar en la mejor autocrítica.

Hoy la gente se aleja cada vez más del ejercicio en la función oficial, pues calcula que no se justifica el esfuerzo frente a la retribución económica, sumado a ello la mácula discriminadora de ser un político, además el marchitamiento de la figura de los dirigentes precisamente por no surgir de una manera natural sino prácticamente artificial, no emociona a la comunidad y por ello la apatía no solo a ser elegido sino a ser seguidor.

No será de una manera mágica el reencuentro de los ciudadanos con el Estado, porque son tantas las razones de parte y parte que han convertido esa relación en un tormento social, es por eso que es necesaria y urgente la búsqueda de una fórmula que nos una a todos los que hoy nos necesitamos, porque de lo contrario el derrotado seguirá siendo el mismo ser humano que en el egoísmo de sus intereses, en el martirio de las injusticias, en la egolatría dañina o en la ignorancia de sus deberes, fabrique sin querer la propia tumba de algo tan sublime y anhelado como es vivir en sociedad.

En mi caso invoco a Dios como creador y dador de sabiduría, para ayudar con desprendimiento, para que podamos aportar y recibir lo justo, para que la vanidad no se interponga en nuestros deberes, para que las críticas sean aliciente de mejoramiento, para no ver solo el sucio en el ojo ajeno, para actuar con la rectitud enseñada por nuestros padres y abuelos, para recobrar la senda de nuestros mayores, para que cada día sin esperar homenaje o reconocimiento alguno sino que nos baste la satisfacción del deber cumplido caminemos con alegría trabajando por un mundo mejor, que cada uno de los oficios que desempeñemos, lo asumamos como una pieza fundamental sin la cual nuestra sociedad se nos desmorona. @CesarEugenioMR

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Redacción Minuto30

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