Durante los primeros días de las protestas se unieron diferentes grupos sociales campesinos, comerciantes, jornaleros, artesanos e indígenas, todos agobiados por las altas cargas tributarias. Una vez organizados a manera de ejército con casi veinte mil hombres, los comuneros resolvieron marchar hasta Santa Fe de Bogotá para hacerle saber al virrey sus enojos y demandas bajo la consigna, “viva el rey, abajo el mal gobierno” (bis).

Cuando las autoridades del Virreinato de la Nueva Granada se enteraron de las revueltas, acordaron nombrar una comisión para que dialogara con los marchantes en Zipaquirá, con el fin de evitar que la turba llegara a la capital a formar alborotos y refriegas en contra del poder capitalino.

La gota que rebosó la copa fue el impuesto denominado, “La Armada de Barlovento”, que obligaba al pueblo a más contribuciones para el mantenimiento de una flotilla militar del imperio español creada con el propósito de proteger los territorios conquistados de enemigos europeos, piratas y corsarios de todo tipo.

Con el ambiente cada vez más enrarecido, las autoridades santafereñas decidieron suspender la reforma tributaria, militarizar la ciudad y mandar al destierro al visitador, Juan Francisco Gutiérrez de Piñeres, político español y administrador colonial del entonces virreinato, a quien el pueblo acusaba de haber inventado esos nuevos impuestos.

Siendo despedido Gutiérrez de Piñeres, se creó una comisión negociadora en la que participaron autoridades civiles, militares y eclesiásticas, en ella tuvieron asiento un grupo selecto de criollos dejando por fuera a los demás marchantes, quienes no tuvieron representación alguna en la mesa deliberatoria.

Sin tener en cuenta las necesidades básicas del pueblo, se elaboró un documento donde quedaron plasmadas las peticiones de los criollos, entre ellas la supresión de algunos impuestos, el libre cultivo y comercialización del tabaco, menos pago de renta y la devolución de algunos resguardos.

Pasados algunos meses, el documento de lo pactado se convirtió en un documento más que solo había servido para bajar el ánimo de los marchantes. Los criollos ocupados en sus tareas no vieron la necesidad de seguir luchando, fue así como los comuneros, sintiéndose solos en su lucha, nombraron a José Antonio Galán como máximo líder de la “Revolución Comunera”. Con un nuevo pliego de peticiones, la turba se organiza rumbo a la capital en medio de manifestaciones de protesta, las reclamaciones fueron brutalmente reprimidas y el caudillo vilmente asesinado.

Quedó escrito en los libros de historia que los comuneros, en ningún momento, expresaron querer independizarse de la corona española, lo importante para ellos era acabar con el mal gobierno que padecían los más débiles y desvalidos en estas tierras americanas. Indudable que una herramienta de concientización para la época fueron los periódicos, que   permitieron al pueblo saber cosas ocultas que nadie comentaba por miedo al régimen español, los periódicos fueron algo novedoso y de mucho valor para el pueblo pero nefastos para el virreinato.

Los medios de comunicación, aunque incipientes, lograron que las ideas de la “Ilustración europea” pudieran leerse y comentarse en pequeños grupos que empezaron a ser perseguidos y combatidos en estas tierras coloniales. En su momento se persiguió “La Bagatela”, periódico de crítica política fundado por Antonio Nariño, pensador y militar político, quien además se convirtió en el prócer de la independencia, y fue el traductor de los derechos del hombre, motivo por el cual pasó largos años encarcelado.

Con el paso del tiempo, la idea revolucionaria seguía germinando en todo el territorio colonial y los criollos ilustrados veían la necesidad de manifestar su desacuerdo con la corona, que cada vez se enriquecía más y más mientras las tierras y los campesinos eran explotados sin piedad.

Las noticias llegadas de Norteamérica y Europa les hacían saber de la Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica (1776), y la muy mencionada Revolución Francesa (1789), hechos que les animaron e hincharon sus pechos de valentía y ganas de lanzar un grito de libertad.

El deseo inmenso era derrocar al gobierno español, algo que inicialmente se veía como difícil, mas no imposible. Campesinos, comerciantes, jornaleros, artesanos e indígenas, sin confiar más en falsos criollos, iniciaron el proceso de independencia…

El texto corresponde a una clase de historia que trabajé con estudiantes de derecho hace más de quince años, no lo transcribo más por efectos de espacio, solo decir que terminé mi exposición escribiendo en el tablero la pregunta, ¿ustedes qué opinan?, así abrimos el debate que parece no ha terminado. Nacimos divididos entre ricos y pobres, liberales y conservadores, gente de bien y…

Siga leyendo

¡NO coma cuento! No perderá su cuenta de WhatsApp aunque no acepte la nueva privacidad

Author Signature
Redacción Minuto30

Lo que leas hoy en Minuto30... Mañana será noticia.

  • Compartir:
  • Comentarios

  • Anuncio