Es necesario repetir que Daniel Samper Ospina – columnista de la revista Semana – tiene grandes vacíos intelectuales dentro del contenido de sus productos audiovisuales. Pero también es necesario afirmar lo nefasta que fue la reacción del senador Álvaro Uribe Vélez – una reacción con mentiras y conceptos mal utilizados.

Admito que Samper tiene cierta ligereza para analizar temas fundamentales en la coyuntura nacional. Dentro de sus contenidos satíricos carece de profundidad. No hace falta ver los escritos de su padre – ilustre del periodismo investigativo y satírico – o leer a él magnifico Lucas Caballero “klim” (vigilante de la sátira) para saber que no se acerca, ni se acercara al humor de los grandes; nunca se acercara al humor del grande de grandes, el humorista Jaime Garzón. Si su meta es llegar a tal grandeza, deberá entender que la burla tiene que ir más allá de las características de un personaje o errores de sus allegados. No se trata de ser un payaso, se trata de ser un vigilante mediante el humor.

Por otro lado, es necesario afirmar que la política puede ser determinada como una relación de poderes y la opinión pública es fundamental para ese juego de tronos. Samper no solo ha logrado hacer más democrática la información, sino además ha fomentado la participación política de los colombianos; innovo, lo realizo y lo logro. Aunque la mayoría de sus afirmaciones sean incomprobables, ha generado cierta interacción en contra de aquellos líderes que han cometido errores dentro de su labor como diplomáticos. Y los jóvenes – quienes carecemos de participación – hemos encontrado una manera divertida de participar en los temas coyunturales de la nación.

Uno de los personajes más criticados – por sus errores y los de algunos líderes de su partido – ha sido el senador y expresidente, Álvaro Uribe Vélez. Un líder que aunque para muchos es el hombre más poderoso del país, ha sido criticado y afectado por la opinión pública. No en vano – ha intentado reaccionar con la estrategia del ataque, una estrategia difamatoria y llena de mentiras, mentiras que sus seguidores pueden convertir en verdad. Uribe es inteligente, entiende que si no ataca ahora, no atacara nunca y aunque su posible candidato – Iván Duque – sea entendido como una persona ideológicamente neutra, puede ser afectado por el legado de su pupilo.

Lo curioso es que ambos han cometido grandes errores, así como Samper se enaltece afirmando que va a demandar a Álvaro Uribe por calumnia, Samper podrá ser demandado por injuria y calumnia indirecta – tratándose de que siempre las acusaciones son en modo de sátira. Lo que deja de experiencia a la ciudadanía que los pensamientos cerrados y radicales no llevan sino a la polarización, no generan un progreso en la opinión pública y mucho menos en el mayor capital del periodismo, la credibilidad.

La ciudadanía deberá entender que ambos personajes proclaman odio y el odio significa retroceso para una nación laica. Ya lo decía Martin Luther King “La oscuridad no puede sacarnos de la oscuridad. Solo la luz puede hacerlo. El odio no puede sacarnos del odio. Solo el amor puede hacerlo.”

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Redacción Minuto30

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