Le pedí al senador Roy Barreras sincerarse sobre el tema Alvaro Uribe Vélez, él que lo quiso tanto y que defendió con ardentía, para después abandonarlo y entregarse al nuevo presidente, Juan Manuel Santos.

Edgar Artunduaga

Edgar Artunduaga

Defiéndase, le dije, porque la gente piensa que usted es hombre de volteretas políticas, que está con el sol que más alumbre.

-Usted sabe que a mí no me molesta. Me encanta además el debate y contestar las preguntas que se hacen de frente.

“Para empezar, yo sigo siendo un defensor de la obra de Gobierno del ex presidente Uribe. A él hay que mirarlo con respeto en su dimensión histórica. Creo que lo lastiman aquellos que lo insultan. Aquellos que desconocen su capacidad de trabajo. Hay unos que le apuestan a que -ahora que lo elijan senador- le van a quitar el fuero y lo van a meter en enredos judiciales. Todos damos fe que Uribe vive ciento por ciento pensando en el pais. Es un buen colombiano.

“Uribe es un padre, como cualquier padre, que comete errores. Esto es como cuando los padres se divorcian, el papá se va de la casa. Uno lo sigue queriendo, le sigue teniendo respeto aunque esté equivocado, aunque se vaya con otra, aunque le tire piedra a la casa. Yo creo que el ex presidente Uribe le ha apostado al fracaso de la paz y ahí se equivoca. Por el ansia de regresar al poder le apuesta a que fracase el gobierno de Santos. Y el fracaso de la paz es el fracaso de Colombia. Además no es justo porque él mismo intentó la paz.

“Uribe fue quien liberó a Granda. Metió a Chávez en el proceso. Metió a Piedad Córdoba. Él intentó la paz en Brasil con las Farc. Y además, firmó la proposición de indulto total, incluyendo el holocausto del palacio de Justicia con el M-19. Ahora se opone porque cree que la paz es impunidad, cuando nunca se habían reconocido a las víctimas, exigiendo la verdad para ellos y contemplando la aplicación de justicia y de penas para el máximo responsable. Uribe se equivoca en esto y es injusto.

“A Uribe como decía el mismo y algunos de sus seguidores, ‘ le interesa retomar el poder. A nosotros nos interesa entregar este país en paz. Ahí hay una diferencia que podremos debatir en el Senado. Por eso lo espero allí, para reconocerle lo bueno y para construir juntos lo que se pueda y para tomar distancia de aquello en lo que no esté de acuerdo.

¿Cómo ve a Uribe-senador y sus listas?

El presidente Uribe es un gran patriota, es un luchador. Creo que va a enriquecer el debate. Será la voz más importante. Detrás de él habrá otros diez, algunos más bien desconocidos, algunos que aprovecharán su prestigio.

Uribe le sirvió mucho al país. Creo que en materia de seguridad hizo un aporte que es innegable. Lamento que hoy esté equivocado en los temas de la paz, apostándole al fracaso.

¿Cómo será la lista del Partido de La U?

Hemos venido ganando todas las elecciones desde que el Partido existe y vamos a ganar las próximas.

Sí, pero las ganaban con Uribe…

El Partido de La U eligió 28 senadores, yo espero que elijamos 30 senadores esta vez. Hice una propuesta para que los jefes de los Partidos de la Unidad Nacional consideremos presentar listas cerradas en un acuerdo político, para evitar esa clientelización y que los ciudadanos sepan por quién votar. La gente que quiera acompañarnos en el desarrollo del Marco para la Paz y del proceso de Paz, que nos dé su confianza al partido de la U. La gente que quiera apostarle al fracaso de la Paz, que le apueste a la opinión con el Centro Democrático de Uribe.

¿Para qué acabar con el voto preferente y volver a la utilización del bolígrafo?

El voto preferente se ha convertido en una batalla interna, donde los propios compañeros compiten entre sí. Impera la clientelización de las listas, donde ilustres desconocidos –y no tan ilustres, pero sí cargados de maletas de dinero- salen a aprovechar la miseria de la gente para comprar votos y acceder a curules en muchas regiones de Colombia.

Ese mal invento del voto preferente hace que cada cual se juegue su pellejo y que la gente no vote por la bandera, por la idea, sino que vote por la persona.

Es necesario un proceso de democratización interna. Pero el voto preferente resultó peor. La guerra interna en los partidos encarece las campañas y desdibuja las ideologías, porque nadie compra votos sino para sí mismo. La gente no compraría votos por una idea, por una bandera, por la idea que su partido quiere defender. Me parece que hay que hacer ese ejercicio de afinamiento ideológico y depuración de las listas. Es mayor seriedad de los partidos, que signifiquen algo. Todavía estaríamos a tiempo de hacer un acuerdo político para evitar ese caro clientelismo al interior de las listas.

¿Cuántas curules pronostica para el partido del expresidente Uribe?

Podría elegir unos 10 senadores. Quien esté por fuera de ese número, correrá riesgos. Será, entonces, una bancada beligerante en la oposición durante los cuatro años, pero ojalá también ayude a solucionar los problemas del país. No pretendemos que se vuelvan áulicos del Presidente.

A propósito, esa palabra, ‘áulicos’, ¿le suena familiar?

En política hay distintas maneras de seguir una causa. Unos construyentes proyectos y caminos. Otros son militantes fervientes. Hay simpatizantes que no militan pero que el día de la elección votan. Y hay otros cuyo oficio es aplaudir y su oficio es decirle sí a todo al que ostenta el poder. Son los áulicos. En todos los partidos hay todo tipo de personajes. No me siento aludido.

¿Cuáles son las críticas al exministro Vargas Lleras?

Las jefaturas de debate de las campañas presidenciales están en los partidos políticos y no en las ONG. El Partido de La U es el partido de Gobierno y los partidos de coalición de Unidad Nacional que han manifestado su voluntad de acompañarnos con nuestro candidato Juan Manuel Santos, son ellos quienes deben ejercer esta estatura de debate.

Lo segundo es que no se puede, al mismo tiempo, ser jefe de debate sin que los partidos lo hayan acordado y además recorrerse el país tratando de salvar al Partido Cambio Radical armando las listas. Él tiene derecho a hacer eso, pero no puede hacer las dos cosas, porque si utiliza la Fundación Buen Gobierno como utilizó el Ministerio de Vivienda, para fortalecer a su partido, pues eso es utilizar un poco los electores.

Yo creo que los colombianos tenemos claro que las 100 mil viviendas que el Gobierno Santos entregó no son de nadie, son de los pobres. Inclusive, de los más pobres de los pobres, que son los desplazados.

Esas personas que nunca recibieron nada, recibieron su casita, lo único que tienen es la libertad del voto. Aparecerse en esas entregas con los candidatos de Cambio Radical me parece indebido. Es incompatible con dirigir un centro de pensamiento para la reelección de un Presidente que apoyamos todos los partidos de Unidad Nacional. Ahí hay que marcar líneas, diferencias y creo que hay mucho por aclarar antes de ir a vitorear y aplaudir una jefatura que tendrá que ser colectiva y que tendrá que recaer en los partidos políticos, reitero y no en las fundaciones. Nueva York, 18 sep (EFE)

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Redacción Minuto30

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