La estadounidense Loraine Maurer, de 94 años, ha celebrado que lleva 44 años trabajando en MacDonald’s en Evansville (Indiana, EE.UU.) y quiere seguir detrás del mostrador porque no planea jubilarse, informaron los medios locales.
Sus compañeros de trabajo y sus clientes más fieles celebraron con ella el pasado jueves que la nonagenaria es empleada de la misma empresa en su ciudad desde 1973, según la web de McDonald’s en Evansville.
Maurer recibió las felicitaciones de sus clientes, que se acercaron al restaurante en el que trabaja actualmente, y sopló las velas de una tarta decorada con el logotipo de la popular cadena de comida rápida y la frase «Miss Loraine, 44 años de servicio».
La incansable empleada contó a la cadena de televisión ABC News que empezó en la empresa después de que su marido se viera obligado a dejar de trabajar a causa de una discapacidad, porque se vio «demasiado joven» para quedarse en casa.
A partir de entonces, la señora, que no planeaba quedarse tantos años en el trabajo, aseguró que forjó una relación especial con sus clientes, que incluso la ayudaron a superar la muerte de su esposo siete años después.
«Loraine tiene bastantes seguidores, sin exagerar, de verdad. Ella tiene muchos clientes muy leales que vienen especialmente a nuestro restaurante para verla», dijo la dueña del restaurante, Katie Kenworthy, que lo dirige desde hace dos años junto con su marido.
Según medios locales, los cuatro hijos de Maurer se han jubilado, pero ella no quiere dejar de trabajar.
«No puedo dejarlo. Es una razón para levantarse por la mañana, la gente es muy agradable», añadió.
Maurer trabaja el turno de desayuno de los viernes y sábados, se levanta a las 3 de la madrugada y llega dos horas después al restaurante.
Según McDonald’s, la incombustible señora, que tiene seis nietos y siete bisnietos, es una de las
trabajadores más longevas de la cadena en el mundo.
Sin embargo, otras nonagenarias también forman parte de la plantilla de la multinacional, como Goh Gwek Eng, de Singapur y 92 años; y Harriett Clopper, de Maryland (EE.UU.) y de 95 años. EFE