Imagen: Twitter @katiejholley

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Katie Holley y su pareja compraron la casa de sus sueños en Florida, pero esta estaba infectada de cucarachas,  razón por la que contrataron a un exterminador de plagas, sin embargo el problema no se solucionó. Una noche Katie Holley despertó con una molestia en un oído y descubrió que una cucaracha había ingresado a su canal auditivo. 

La terrible experiencia la contó Katie Holley en el sitio Web Self, donde dijo que al sentir ese elemento en su oreja se levantó de la cama, desorientada, y fue al baño. Buscó un copo de algodón, lo insertó suavemente en su oído y sintió que algo se movía. Cuando sacó el copo había dos piezas delgadas de color café oscuro pegadas a la punta.

Momentos después se dio cuenta de que eran las patas de una cucaracha que pudiera estar “explorando mi canal auditivo”, según dijo.

Su esposo miró y le confirmó que tenía una cucaracha en el oído y con unas pinzas localizó la parte más visible del insecto e intentó extraerlo con mucho cuidado. “Desafortunadamente, solo logró sacar dos de las patas puntiagudas. En ese momento, estaba claro que necesitaba ir a la sala de emergencias”, contó Holley.

Cuando llegaron al hospital, le administraron lidocaína, un anestésico tópico, que temporalmente causaría una pérdida en la sensibilidad del oído, y que también mataría la cucaracha.

Una semana después su oído no había mejorado y cuando fue a su médico descubrieron que aún tenía restos de la cucaracha en el canal auditivo, por lo que le extrajeron varias partes del insecto.

Su médico la remitió a un especialista porque sospechaba que podía tener más restos del animal alojados en el oído. Desafortunadamente para Holley su médico tenía razón. El especialista le extrajo toda la cabeza de la cucaracha, el torso superior, más extremidades y una antena.

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Redacción Minuto30

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