Un Jefe que nunca tuvo jefes

El único jefe que tuvo Álvaro Uribe Vélez, en sus mocedades, fue Bernardo Guerra Serna y no le duró mucho tiempo.

Edgar Artunduaga

Cuando desertó de la Casa de mármol que servía de sede al Directorio Liberal de Antioquia se fue con unos amigos a fundar el que siempre llamó el Sector Democrático del Liberalismo.

Guerra jamás vislumbró que el joven caballista que se le declaraba en franca rebeldía tendría una carrera política tan meteórica que se haría elegir gobernador de su departamento; terminaría  afincándose en la Casa de Nariño durante ocho años y dividiría en dos la historia del país: antes de Uribe y después de Uribe.

Desde sus años juveniles el estudiante de derecho soñó con tener su propio movimiento; su directorio y sus bancadas en el Concejo de Medellín y la Asamblea de Antioquia. Siempre lo acompañó en sus aventuras electorales su primo Mario Uribe Escobar.

Aunque Guerra no lo menospreciaba, le atribuía más importancia a los jefes de las otras vertientes liberales paisas: las de William Jaramillo Gómez, a quien lo mató su condición de fumador crónico, y Federico Estrada Vélez, acribillado por el sicariato de Pablo Escobar en la parte posterior de su automóvil, en una avenida de Medellín, por no haber acatado una orden para atravesársele en el Congreso a la extradición de colombianos.

Uribe mantuvo una cordial relación política de tú a tú con Ernesto Samper cuando el bogotano era el jefe del Poder Popular e iba madurando su proyecto para hacerse elegir Presidente de la República después de Galán o de Gaviria, pero siempre con el apoyo tras bambalinas del ex presidente López Michelsen.

El paisa empezó a pensar en serio en sus ansias presidenciales a su paso por la gobernación de Antioquia, elección por voto popular que trató de embolatarle de manera mezquina el jefe conservador Fabio Valencia Cossio, quien al cabo de un tiempo se convertiría en su mejor aliado, en su segundo  mandato presidencial.

Uribe se acostumbró desde su adolescencia política a acudir a los debates electorales con movimientos propios: sus senaturías y la gobernación las consiguió con el Sector Democrático del Liberalismo; para buscar la presidencia (con repetición)  se inventó el “Primero Colombia” y ahora se ha puesto a la cabeza del ”Puro Centro Democrático”, que sus malquerientes llaman “el Puro Egoentro”, para tratar de impedir la reelección del presidente Santos y quedarse, de ser posible, con el 30 por ciento de la composición del  nuevo Senado.

Amanecerá y veremos!