En el municipio de Turbo, Urabá antioqueño, fue incinerado un concesionario de motocicletas que pertenece a la familia del senador Mauricio Lizcano. El establecimiento se negó a pagar extorsiones, y fue quemado con 80 motos e su interior, como retaliación.
Las autoridades señalan a integrantes del Clan del Golfo, que de acuerdo con el gobernador de Antioquia, tras duros golpes contra esa estructura criminal han estado en busca de nuevas maneras de financiación, entre ellas la extorsión a empresarios, bananeros y comerciantes.
Indicó el gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez, que los responsables ya fueron capturados, pero no entregó detalles sobre el operativo que permitió su aprehensión.
Las autoridades habían ofrecido una recompensa de hasta 20 millones por información sobre los responsables del hecho.