¿Tóxico?: A sus 22 años fue torturado a martillazos, puñaladas y quemaduras por su novia

Alex Skeel junto a su pareja

Este joven británico de 22 años fue torturado a martillazos, puñaladas y quemaduras por parte de su novia con quien convivía.

Alex Skeel fue sometido por Jordan Worth, fueron tres años en los que la mujer se convirtió en su captora y no le permitía siquiera ver a su familia, él era su esclavo.

Lo primero que cambió en la mujer fue la manera controladora en la que quiso ordenar hasta la ropa que su novia debía usar. Luego, trascendió a tormento psicológico despiadado. En una oportunidad Worth le dijo que había recibido un mensaje el cual le informaba sobre la muerte de su abuelo. Él no tenía forma de chequear lo que su novia le decía -estaba incomunicado- y confió en ella. Lloró desconsoladamente durante horas. Hasta que ella le contó la verdad: era mentira y lo castigaría por preocuparse tanto por su familia en desmedro de ella.

Los abusos se expandieron cada vez más. Era frecuente que fuera atendido en el centro de urgencias del hospital más cercano en Stewartby, Reino Unido.

Una noche de junio de 2017, un vecino escuchó golpes, gritos y todo tipo de ruidos en el apartamento que los novios compartían. Llamó a la policía. Temió que la vida de alguno de ellos estuviera en peligro.

Un patrullero de la policía tocó a la puerta. Los oficiales observaron que el joven tenía quemaduras en sus manos, en sus brazos y en sus piernas. Skeel había intentado curarlas con papel film, el mismo que se usa para resguardar los alimentos. Y les dijo que se las había provocado él mismo. Pero no le creyeron.

«Me salvaron la vida. Me sentó en su patrulla y me dijo ‘mira, sé qué está ocurriendo. Estas heridas no fueron cometidas por ti. Dime la verdad'», le dijo el oficial que lo atendió, según contó en el programa This Morning, del canal ITV.

Narró la verdad. Reveló la pesadilla que vivía a diario. Su novia le había arrojado agua hirviendo provocándole quemaduras de segundo y tercer grado. De acuerdo a los médicos que lo atendieron pudo haber muerto.

Skeel ahora se ha liberado de su controladora mujer y relata su historia para que otros hombres no caigan en un circulo de maltrato.