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Cualquiera puede hacer el ejercicio: encender el televisor para buscarse un noticiero, que es de los pocos programas que algunos vemos, preferiblemente en la noche por las ocupaciones de diverso orden que tenemos en el día, y casi siempre, todos los días, se habla de los mismo: del proceso de paz y de su implementación, que nos tiene hasta la cresta, como dicen los chilenos; de que los jefes guerrilleros andan aquí o allá y la manera cómo le dicen a políticos y empresarios que primero tienen ellos que rendirle cuentas a la Jurisdicción especial para la paz, es decir, todos los días vemos la insolencia y el atrevimiento de estos criminales que nos quieren venir a dictar cátedra.

También se habla, cada vez más, de la corrupción que prácticamente se ha tomado todos las instancias y todos los estamentos en Colombia, especialmente públicos, y aparte de anunciar investigaciones y algunas capturas, el problema va y seguirá en ascenso, últimamente se nos informa cada semana de un nuevo miembro de la cúpula judicial que hace parte del entramado; como este país casi todo el tiempo se mantiene en elecciones, entonces prácticamente a diario se nos habla de comicios, de candidatos, de alianzas.

En unos cuantos meses se llevarán a cabo elecciones para congreso y presidente de la república, y llevamos meses y nos faltan otros varios, viendo y escuchando candidatos de diverso pelambre hablando de esto y de aquello: que la consulta del partido liberal se hará y cuesta 80.000 millones de pesos, luego, que piensan hacerla pero valdrá “solo” 40.000, que en ella no estará el hijo de Galán, Juan Manuel, porque César Gaviria (que debiera de apoyarlo, pues su presidencia se la debe a su asesinado padre), jefe del partido, apoya es a Cristo y en todo esto ver y escuchar a Serpa, y Samper y al mismo Gaviria, qué tedio, qué aburrimiento.

Que del partido de la U se van a ir varios congresistas para Cambio Radical y el Centro Democrático; que se unieron Claudia López, Jorge Robledo y Sergio Fajardo y la señora ésta grita por todo lado y señala a todo el que se le pone de frente de cometer una u otra fechoría; básicamente estos tres temas: acuerdos de paz, corrupción y política, copan la agenda de los medios de comunicación hablados o escritos y de estos tres temas estamos bien cansados los colombianos, es cierto que son realidades nacionales, que de una u otra manera nos tocan, no pueden evadirse, pero todo tiene un límite, yo llevo casi todos mis años de vida oyendo lo mismo.

En medio de todas estas noticias tan hartas, no es que haya pasado desapercibido, pero no se le dió el despliegue y la espectacularidad que el hecho de verdad merece, como sí a otros que no: el empresario Luis Carlos Sarmiento Angulo, donó 500 millones de dólares (un billón y medio de pesos) para el Centro de Tratamiento e Investigación sobre el cáncer, que se desarrollará en Bogotá, según dicen, como estos centros hay pocos en el mundo, auténtico acto de filantropía que merece todo el reconocimiento de la sociedad colombiana.

Qué bueno sería que este ejemplo lo siguieran otros empresarios colombianos que se han enriquecido descomunalmente porque sus negocios en el país han tenido toda acogida y de esa manera retribuyen parte de lo que han recibido, mucho beneficio que recibirían miles de colombianos.

Esta clase de noticias levantan el ánimo y generan esperanza en quienes no tienen ninguna en un país que tiene monumentales problemas por resolver y los llamados a ello, no lo hacen, necesitamos escuchar de hechos que resuelvan las dolencias del pueblo colombiano y no de situaciones que las hacen persistir o ahondar.

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Redacción Minuto30

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