Desde antes del 7 de agosto de 2018 me había hecho el propósito de que una vez fuese reemplazado el espurio por Iván Duque Márquez, olvidarme de la existencia de ese malhadado sujeto y en lo posible, no hacer mención de sus actos deshonrosos para la institucionalidad colombiana. En verdad era una intención seria y podríamos catalogarla como egoísta puesto que el solo recuerdo de la existencia de este tipo de individuos, en mi caso, revuelca el estómago y dan unas nauseas incontrolables.

Pero parece que la vida tiene otros designios y a pesar de mi propósito, me lleva a referirme y mencionar a este y al fulano de la bolsa con alguna frecuencia puesto que los daños que han causado y seguirán haciendo, son de tal magnitud que es imposible hacerse el desentendido de la presencia de estos sujetos signados por una prontuario espeluznante.

El de la bolsa es un caso psiquiátrico como lo son los de: Coronnel, Daniel Samper, Matador, la Duzán esa, los de la W, Blue, Faracol y muchos otros enfermos de Uribefrenia; síndrome obsesivo compulsivo que no ha sido hasta ahora considerado como enfermedad tratable por los métodos siquiátricos, pero que día a día se entroniza con mayor profundidad en las mentes de estos pobres pacientes que como muchos otros, se ven desprotegidos de tratamiento debido a que los médicos ignoran la existencia de la causa de sus dolencias, y por ende se quedan sin remedio. Muchas enfermedades autoinmunes se tardan años sin diagnosticarlas y los pacientes tienen una calidad de vida muy disminuida debido a la ignorancia de sus galenos.

El espurio padece de ese síndrome agravado por otra obsesión hacia el expresidente Pastrana; es así como solicita que no los llamen a dar testimonio ante la comisión de absoluciones de la Cámara para adelantar el juicio por los dineros recibidos ilícitamente, por la multinacional brasilera que coadyuvó en grado superlativo en el proceso de corrupción de las adjudicaciones de contratos y las campañas políticas de Latinoamérica.

Está probado que la campaña de la reelección en el 2014 recibió recursos ilegales y decir como el elefante que fue a mis espaldas es una treta manida y sin sustento real; recusar al investigador y a los testigos como partes interesadas es una estrategia muy torpe para dilatar, opacar y hacerse la víctima como es usual en este tipo de individuos que nunca han sido responsables ni tienen culpas diferentes a ser unos pillo redomados que están a la búsqueda de atajos para lograr sus propósitos.

Esperemos que esas maniobras dilatorias no prosperen y que las luces de la realidad aclaren con transparencia incuestionable lo sucedido en el 2014 y le caiga todo el peso de la ley, si es que en alguna ocasión somos capaces de alzarlo para dejarlo asentar en las espaldas del delincuente consumado, dañino y peligroso hasta la saciedad como lo ha sido el espurio que entregó el país y sus instituciones a sus compinches narcoterroristas en aras de conseguir notoriedad internacional por la compra de un premio que según entiendo es como al justicia en Colombia: Mercancía que se comercia al mejor postor.

Postre: Al fulano de la bolsa es mejor aislarlo de la sociedad puesto que sus delirios son incendiarios casi siempre; aunque en ocasiones hilarantes por su desconexión con la realidad; pero nunca dejan de ser preocupantes máxime que tiene fanáticos enfermizos como aquellos de las sectas religiosas, que pierden su identidad para entregarla al servicio de los deseos perversos del pastor. Pobres ovejas descarriadas que encuentran un redil en donde las explotan y las acaban como individuos para llegar a ser parte de una deforme masa imbuida de un fanatismo extremo y peligroso.

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Redacción Minuto30

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