Lo delicado no es lo que Humberto de La Calle, de manera muy hábil, dicho sea de paso, está señalando con ánimo electorero respecto a la posible extradición de Santrich; ni lo que los “amigos de la paz” le están endilgando a los “enemigos de la paz” acerca de la seguridad jurídica que emana de los acuerdos de La Habana, o el blindaje para delitos posteriores a tal acto, no. Lo importante es el trasunto filosófico de los negociadores de las Farc y cómo ello tiñe absolutamente todo su actuar: desde los “hechos revolucionarios” que los instaron al monte, hasta la filosofía con la que asumieron la negociación para lograr el tratado de paz en Cartagena.

Esta filosofía, que los ha acompañado siempre (no solo a Santrich, sino muy posiblemente a Jojoy, Acacio, Márquez y compañía) no es el marxismo, ni Engels, ni Proudhon, ni nada de eso. Su filosofía es un poco menos compleja que la explanada en El Capital, en Las Obras Escogidas, El Manifiesto… su ideología es vernácula, no está editada en libros de pasta dura de la Editorial Progreso, se ha confeccionado a lo largo de años de apreciaciones pragmáticas de vida, no en Praga en la década de 1960, no en Moscú en la década de 1890, no en París en la década de 1780, en Medellín, en sus laderas, en la década de 1980 y 90, asimilada por miles de jóvenes que prefirieron la salida fácil, el camino corto, el todo vale: la filosofía traqueta.

Con esa base, nuestros “filósofos” -como Trichi- tomaron las armas, no por aquello de que “la revolución requiere de hechos revolucionarios”, no, por aquello de que “todo lo peligroso se convierte en plata” como diría (presuntamente) el mentor de esa filosofía: Pablo Escobar. En consecuencia nuestros “revolucionarios” secuestraron, mataron, pusieron bombas, collares bomba, burros bomba, perros bomba, cadáveres bomba, cartas bomba y cualquier cosa bomba. Porque al contrario de Escobar, que quiso teñir la política de narcotráfico, nuestros futuros padres de la patria quisieron teñir el narcotráfico de política.

Y así quisieron engrupirnos que lo suyo era la lucha de clases, la revolución, el comunismo; se fueron para el monte haciéndonos creer que sí pensaban que: “El marxismo admite las formas más diversas de lucha; además, no las «inventa», sino que generaliza, organiza y hace conscientes las formas de lucha de las clases revolucionarias que aparecen por sí mismas en el curso del movimiento.”, tal y como escribió Lenin en su “Guerra de Guerrillas”. Pero no, todo fue un sofisma, cayeron incautos nuestros compañeros de universidad, algunos amigos del barrio y todos esos ingenuos que Alonso Salazar describe en su entretenido “No hubo fiesta”. Solo unas voces trataron de advertirnos del engaño, les gritaron “paracos”, “asesinos”, “enemigos de la paz” … y bueno, el resto es historia… Cuáles Partisanos, cuáles Tupamaros, cuáles Brigadas Rojas…

Porque una cosa sí es cierta, el traqueto nunca deja de serlo, asimila esa filosofía de vida de manera indeleble y sempiterna. No importa que entre a la cárcel y pague 5, 10, 20 o 30 años, o que entre a la guerrilla o a las autodefensas, siempre será traqueto, hablará como traqueto, actuará como traqueto, y por supuesto, pensará como traqueto. Pensará -aunque tenga toda la plata del mundo- en traquetear más y más, en hacer lo que sea necesario para obtener más plata y meterla en una caleta a que se pudra, en poner como mampara de su “negocio” la construcción de barrios para desposeídos, de canchas de fútbol, de montar cadenas de droguerías, o, porque no, hacer la revolución. Pensará en matar a quien se oponga a su verdadero objetivo de vida (la revolución no, por supuesto), en secuestrarle, o a la mamá, o a un hijo, pensará en sicarios, sobornos, amenazas, extorsiones, pensará en el monte…

¿Qué nos hizo pensar que se iban a retirar del “negocio”? Es más ¿Qué nos hizo pensar que todo, todo, todo, no era parte del “negocio”? Somos un país ingenuo, nuestra “izquierda” es ingenua, nuestros traquetos son traquetos, y para colmo de males (pobre Babeuf y todos sus discípulos) nuestra guerrilla es traqueta.

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Redacción Minuto30

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