Por Edgar Artunduaga

Es cierto que el Presidente Santos viene haciendo contactos con la guerrilla de las FARC, en secreto, en el exterior.

Por Edgar Artunduaga

Su delegado para misión tan importante es el actual Ministro de Ambiente, Frank Pearl González, quien dedica la mayor parte de su tiempo a desarrollar tales “sondeos” y conversaciones. No están equivocados, entonces, quienes especulan que es el as que tiene bajo la manga el Jefe del Estado, un punto –que de lograrse- podría garantizar su reelección.

Es posible (me dicen fuentes de altas fidelidad, como las que tenía en su tiempo el periodista Arturo Abella) que el gran sacrificado, hoy por hoy, sea el Ministerio de Ambiente, al que Pearl no ha podido dedicar tiempo, por obvias razones.

Ese Ministerio, de reciente creación, marcha a la deriva porque su titular está dedicado a más grandes menesteres, los de la paz de Colombia.

La estrategia presidencial ha sido negar cualquier negociación con la guerrilla y mal podría, en consecuencia, nombrar un comisionado de paz. La figura desapareció con Luis Carlos Restrepo, ahora fugitivo de la justicia, con el aplauso de muchos y la tristeza de miles, que encuentran injusto el tratamiento de delincuente que viene recibiendo.

Santos necesitaba un funcionario de peso, que pudiera viajar por el mundo, que tuviera el respeto y reconocimiento necesarios para sentarse a conversar con voceros de la guerrilla, pero “informalmente”, o por lo menos sin el protocolo de un delegado para la paz.

Pearl González era –y es- el hombre preciso, “una persona de lujo”, como dijo Santos cuando comunicó su nombramiento.

“Presidente ni más ni menos que de Valores y luego tuvo una muy exitosa y muy importante actividad publica en el gobierno anterior. Trabajó aquí en la Presidencia de la Republica como Comisionado de Paz, además de otras actividades que ejercía…”

El Jefe de Estado tenía, entonces, muy clara la jugada de su ajedrez político. Proseguía la guerra contra las FARC a los ojos de la opinión pública, con golpes tan certeros como los asestados (nada menos que la muerte de alias Alfonso Cano, en noviembre de 2011), pero mantenía abierta las puertas de posibles diálogos con Pearl, no como Comisionado de Paz, aunque con un cargo que le permite moverse por el mundo, sin despertar sospechas.

El Ministro de Ambiente siempre está de paso por su despacho y lejos lejos entrega una declaración puntual, un comunicado oficial, una referencia que deje constancia de ejercer el cargo.

Sin embargo, lejos está del lucimiento que quisiera como Ministro de Ambiente. Pearl es economista de la Universidad de los Andes, con postgrados en Administración y Derecho y una maestría en Administración de Negocios en Richad Ivey Scholl of Business de Canadá.

En su hoja de vida se consigna que fue presidente de la junta directiva del Movimiento ¡NO MAS!, que promovió una gigantesca movilización nacional por la paz. Estuvo vinculado al Instituto Politécnico de Kiev, en Ucrania; la Universidad estatal de Vilna, en Lituania; y la Universidad estatal de Moscú. Ha sido consultor de McKinsey en Estados Unidos, Presidente de Valores Bavaria y ha desempeñado otros cargos en Brasil, Canadá y Venezuela.

Lo que está por resolverse es hasta cuándo mantendrá el Presidente esta situación. Si nombra un nuevo ministro para que se ponga al frente de la cartera de Ambiente, convertida hoy en rueda suelta, y se anima a formalizar a Pearl como Comisionado de Paz, o simplemente “dejamos así”, como dice el humorista Andrés López.

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Redacción Minuto30

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