Santos impone un nuevo manejo de las crisis.

El sexto día de mandato de Juan Manuel Santos al frente de la Presidencia de la República de Colombia, le empezó a marcar su estrategia para enfrentar al terrorismo. La explosión de un carro bomba en el arranque de la mañana bogotana en el sector de Chapinero, calle 67 con carrera séptima, llevó a que el gobierno reaccionara de inmediato para rechazar al terrorismo.

Santos, como lo hacía en este tipo de eventos su antecesor Álvaro Uribe, llegó al sitio de la explosión, conversó con los afectados, expresó su solidaridad a los medios de comunicación afectados, pero dejó en manos de las autoridades distritales la coordinación y desenlace de la emergencia.

Su mensaje allí fue igualmente directo, pero moderado en su tono. «La hora en que pusieron esta bomba y la forma como lo hicieron es precisamente para generar el mayor trauma posible y por eso no podemos caer en esa trampa. Por eso les pido que sigamos la vida normal. Hagamos de esto un hecho que lamentamos, vamos a investigar bien de dónde vino y vamos a investigar qué origen tiene», dijo el mandatario frente al edificio impactado por el carro bomba.

Y el fondo de su mensaje fue ese, volver a la normalidad sin olvidar lo que pasó, incluso así se lo pidió a los periodistas de la cadena Caracol: «…Yo les pediría lo siguiente a los medios de comunicación, y una propuesta muy respetuosa como de ex colega a nuestros amigos de Caracol, que fueron quienes, digamos, mayor impacto recibieron: demos las noticias normalmente, pero no les hagamos el juego a estos terroristas».

Su discurso fue inmediatamente repetido por sus ministros del Interior y Defensa, Germán Vargas Lleras y Rodrigo Rivera, respectivamente. El Ministro de Defensa incluso señaló que la agenda del gobierno no iría a cambiar, que los eventos previstos se mantendrían.

Y así lo hizo el gobierno. Santos atendió reuniones particulares en la Casa de Nariño, mientras que los ministros de Hacienda, Defensa e Interior se fueron a Cali a la asamblea de la Andi, y el director nacional de la Policía, general Óscar Naranjo, mantuvo un viaje a Medellín en donde tuvo un consejo de seguridad.

En la administración pasada era muy común que el presidente Uribe enviara a sus principales ministros y a la cúpula de la Fuerza pública a los lugares a ponerse al frente de la situación, mientras que él monitoreaba las decisiones y alistaba su visita al lugar de los hechos en donde se turbó el orden público.

“Las autoridades van a hacer las investigaciones, y nuevamente a los colombianos, sigamos nuestra vida. No nos van a dañar la fiesta, como dicen. Quieren aguar la fiesta, eso no lo van a lograr», declaró el mandatario.

Santos en su discurso de posesión ya había manifestado que al terrorismo lo seguirá enfrentando con todos los instrumentos legales, dijo que en particular se seguirá reforzando la seguridad democrática y anunció un plan especial de atención y lucha al terrorismo y la delincuencia común en las ciudades.

No habrá pago de recompensas

Santos y sus ministros insistieron hoy jueves a la comunidad a seguir adelante, a colaborar con las autoridades en la denuncia de los terroristas y empezaron a dejar en claro que denunciar a los terroristas no amerita un pago a quien los delate.

Unos minutos después, esto fue ratificado por el propio alcalde de Bogotá, Samuel Moreno Rojas, quien indicó que ante un acto de este tipo sólo debe primar la colaboración de la ciudadanía.

Durante la administración Uribe fue muy común que los autores de estos hechos eran delatados por informantes después de que las autoridades policiales y locales, anunciaran el pago de jugosas sumas de dinero para dar con el paradero de los terroristas.

“Es un acto terrorista y por eso no podemos caer en la trampa y por eso les pido que sigamos la vida normal. El terrorismo lo vamos a seguir combatiendo con todo lo que tenemos a nuestro alcance. La seguridad democrática no va a bajar la guardia un solo milímetro», concluyó el mandatario Santos en el lugar del atentado.

La estrategia del gobierno Santos frente a los hechos de terrorismo parece ser clara, atender a las víctimas, reformar la inteligencia y la seguridad democrática, pero sobre todo, no permitir que los terroristas puedan intimidar a la población con la difusión amplia que este tipo de noticias genera en los medios de comunicación.

Vía Vanguardia.com