A mediados de la semana que termina, el sector de la salud se sorprendió con la inesperada renuncia de Martha Ramírez, Gerente desde el 2016 de la IPS Universitaria que presta sus servicios en Medellín. Es la IPS más grande del departamento de Antioquia y atiende a 3.5 millones de pacientes.

Detrás de esa renuncia está la EPS Savia Salud. La deuda que tiene con la IPS Universitaria asciende a los 58 mil millones de pesos, lo que significa una condena de insolvencia para la entidad. Si no paga, la IPS se quiebra, así de sencillo. Mientras tanto, la IPS pasa las verdes y las maduras para mantenerse en pie.

Este episodio hace parte del tejido argumental de la Reforma a la salud. Por lo menos eso piensa Juan Carlos Giraldo, Director Ejecutivo de la Asociación Colombiana de Clínicas y Hospitales, quien es enfático en afirmar que la disfunción de muchas de las EPS del país, condujeron al peor de los destinos a las instituciones prestadoras de servicios.

Las enormes deudas impagas de las EPS oscurecieron el cielo de entidades cuyo marchitamiento se hizo evidente, cargándose de paso la vida laboral y social del personal médico, además de las consecuencias negativas profundas para los usuarios del sistema.

Ese decaimiento progresivo del sistema de prestación es la némesis de quienes argumentan que el sistema actual funciona perfectamente. Y Juan Carlos Giraldo, en diálogo con 30Minutos de Minuto30, se aparta de la tesis de quienes dicen que la Reforma a la Salud presentada por el gobierno es el “regreso al Seguro Social”, en un intento por pintar un panorama gris y repleto de huecos.

Giraldo la contradice, y si bien reconoce que el texto de la Reforma necesita ajustes, precisiones y garantías, es un proyecto que se compadece con las necesidades de la salud pública del país. En su criterio, la Reforma “cumple con la atención a necesidades históricas del sector”.

Destaca por ejemplo, lo que denomina “una revolución” en atención primaria en salud y los sistemas promocionales y preventivos. Según anota, “esa es una gran apuesta y una deuda del actual sistema”.

Varios de los 152 artículos que componen el texto de la Reforma, están referidos al sector hospitalario y su fortalecimiento. Habla de la renovación en el hacer, de nuevas maneras de asignación presupuestal, y el sistema busca “volcarse al ciudadano”.

Se puede decir que es un proyecto de ley muy esperado por el sector que lidera Giraldo.

Pero no todo son aplausos de la ACHC. Si bien comparte que el texto de la Reforma tiene elementos pragmáticos, también lo es que tiene otros en estado líquido con una relación inevitable con el manejo de los recursos.

Para Juan Carlos Giraldo, la administración de los recursos por parte de la ADRES y los fondos regionales de los que habla la Reforma, es motivo de preocupación. Para él no está claro si las entidades regionales manejarán recursos o procesos y temen que los detalles terminen complejizando el servicio.

Y a pesar de toda el agua que ha corrido bajo el puente en la discusión sobre el destino de las EPS, paradójicamente, para Giraldo, en el texto no está claro qué papel van a jugar esas EPS dentro del modelo propuesto por el gobierno.

De una cosa sí está seguro: las clínicas y hospitales del país no pueden seguir en el día a día de resolver su subsistencia por cuenta de las troneras en sus finanzas, toda vez que las EPS no les cumplen con los pagos. Las clínicas y hospitales deben estar concentradas en el servicio, en la actualización de sus tratamientos, en la formación permanente de su personal y en dar cuenta de un sistema blindado de buenas prácticas.

En todo caso, si la Reforma a la salud sale mal, no solo pierde la gente, sino que se puede estar abriendo una grieta en la armadura del Presidente Petro.

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Redacción Minuto30

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