Como es de conocimiento de la opinión pública, la multinacional Odebrecht entregó sobornos para hacerse a millonarios contratos no solamente en Colombia, sino en varios países de América Latina, entre ellos Ecuador. En este país el escándalo se conoció prácticamente cuando el presidente Rafael Correa estaba terminando su segundo mandato y sirvió para que el hoy presidente Lenin Moreno le retirara las funciones a su vicepresidente Jorge Glas, cercano a Correa, quien además fuera denunciado por otro amigo de éste, Carlos Pareja Yannuzzelli, ex ministro de hidrocarburos, al decir que en la petrolera estatal de Ecuador no se hacía nada sin el visto bueno de Glas, que hacía parte de un red de corrupción en Petroecuador.

Hay que recordar que Moreno fue fórmula vicepresidencial de Correa desde el 2007 al 2013 y fue elegido presidente de la república con el decidido y gran apoyo de su otrora jefe y no más llegó al poder se ha venido en contra de su mentor político de una manera que a cualquiera le costaría trabajo entenderlo y le parecería increíble. Pero sencillamente es verdad, Moreno se ha encargado de desprestigiar a Correa y de aprovechar el escándalo de Odebrecht para adelantar una campaña sucia en su contra.

Aquí en Colombia sabemos lo que es esto, un candidato que se hizo elegir con los votos del presidente de turno dizque para continuar con la agenda de su antecesor, pero una vez en el poder, dió un viraje, le dió un portazo a quien lo colocó en el poder y no contento con ello, se dedicó a desprestigiarlo, con agenda propia y a deshacer todo lo bueno que hizo a quien le debe la presidencia. Esto es lo mismo que Moreno ha hecho en Ecuador con Rafael Correa.

Correa aseguró que fue “ingenuo” al confiar en Moreno, su vicepresidente entre 2007 y 2013. “Siempre supimos que era una persona sin convicciones, jamás nos imaginamos su nivel de deslealtad”, sostuvo en su programa “Enlace digital”. Y hace pocos días a un medio de noticias francés, dijo que el presidente Lenin Moreno, en seis meses, había retrocedido el país en 20 años.

Me imagino que Rafael Correa, un hombre experimentado y curtido en política, dos veces presidente de Ecuador, vive dándose golpes de pecho de haber hecho elegir a quien luego de unos pocos meses se volvió casi que su verdugo. Todo indica que estas historias de traiciones son más comunes de lo que parece, lo que pasa es que estábamos acostumbrados a que un presidente, antes de terminar su mandato, escogía a quien lo habría de suceder y en términos generales el sucesor continuaba muchas de las políticas de su antecesor, pero como es lógico, también adelantaba las suyas a fin de dejar un legado y ser recordado como alguien que en algo contribuyó al desarrollo de su país, pero lo que hemos vimos en Colombia una vez Santos consiguió el poder con los votos y el capital político de Uribe y ahora en Ecuador, no tiene nombre, no se encuentra calificativo para describir a Santos y a Moreno.

Si Alvaro Uribe se volvió inolvidable para Rafael Correa por el bombardeo que el presidente colombiano ordenó en territorio ecuatoriano en el que se dió de baja al guerrillero Raúl Reyes, donde se escondía, por estos meses y creo que en lo que le resta de vida, se acordará de él, pues ha de tener claro que ambos fueron objeto de la misma traición, por eso Correa también tiene en su país a su Juan Manuel Santos.

Author Signature
Redacción Minuto30

Lo que leas hoy en Minuto30... Mañana será noticia.

  • Compartir:
  • Comentarios

  • Anuncio

    La cocina de July: Lomo de cerdo en salsa agridulce.