Quién es “Ñoño”, el senador de los 140 mil votos. Por Edgar Artunduaga

El diccionario de la lengua española dice que un ñoño es una persona corta, de poco ingenio. Como si algo le faltara al Congreso, ahora tenemos un nuevo personaje que se autoproclama “Noño” y con ese apodo hizo su campaña en Córdoba y en todo el país. (Acaba de lograr una de las más altas votaciones, algo más de 140 mil votos).

Edgar Artunduaga

No lanzó promesas ni presentó propuestas. Simplemente, invitó a pegarse a la ñoñomanía. Por el éxito que logró el ñoño de marras no lo parece tanto.

Bernardo Miguel Elías Vidal, ingeniero civil, de familia, política, tomó el remoquete de su tío Jorge Ramón Elías Nader, ex presidente del Congreso, a quien llamaban así por gordo o por ordinario, o las dos al tiempo. Otros dicen que por buena persona.

Elías Vidal está abriendo un ancho espacio para que los políticos se promocionen con sus alias. En el Huila, el ex gobernador Luis Jorge Sánchez cambió su cédula y se rebautizó “pajarito”, como se le conoce por su padre, el pájaro Sánchez Silva.

En las próximas campañas habrá uno que se llame “naranjito”, por su apellido, por su cabeza grande o su parecido con la mascota del mundial 82. Otro que hará campaña como “musaraña”, por engreído. “Nicuro”, por la forma de su boca. “Niágara”, por sus cataratas (en los ojos). “Ñaño”, por consentido, “chupete”, porque aparenta menos edad. O “chupetín” por tierno y dulce.

Elías Vidal, a quien también le pondrían decir “bonsái”, por ser de pequeña estatura, o “boleta” porque le gusta hacerse notar, o “carnaval” por ser alegre y por su forma de bailar, llegó al Congreso en 2006 (a la Cámara) como fórmula de Zulema Jattin, elegida senadora.

La Corte Suprema le abrió a ella una investigación por presuntos vínculos con paramilitares y la mandó a la cárcel. Zulema es hija de Francisco José Jattin, expresidente de la Cámara, quien perdió su investidura por lo que en su momento se conoció como “el narcomico”, un artículo que pretendía dejar sin vigencia el proceso 8.000 y las investigaciones por enriquecimiento ilícito.

Zulema fue implacable: “No me están deteniendo. Estoy siendo secuestrada por orden de lo que aquí llaman Corte Suprema de Justicia”, le dijo a los reporteros, antes de perderse en los sótanos de la Fiscalía. Su padre, al parecer por la presión e impacto que le causó el arresto, sufrió un ataque cardiaco y murió.

La suerte corrida por la joven dirigente política condujo a que su protenido, “Ñoño”, se creciera frente al electorado y pasó a ser cabeza visible del movimiento para las elecciones de 2010.

Los votos de la familia Jattin (de Zulema y de su padre muerto, muy apreciado en Córdoba, dos veces representante a la Cámara) están reflejados en el triunfo de ese año.

Bernardo Miguel también contó con el apoyo de su suegro, el ex congresista Eric Morris, procesado y condenado a seis años de prisión en el escándalo de la parapolítica. La alta votación obtenida demostró las habilidades política del senador, que no es tan ñoño como se presenta.

Nota. Este perfil lo escribí hace cuatro años para el libro HP (Honorables Parlamentarios). Las cosas no han cambiado mucho. Sólo que ahora logró duplicar su votación, en el partido de la U, con la mermelada oficial.