Al igual que muchos colombianos desconectados de la política o hastiados de ella, que no tenemos pretensiones burocráticas o clientelistas y que no vivimos de la política y menos de la politiquería, queremos que al Presidente Iván Duque le vaya bien.

Si le va bien al presidente, le va bien al país y en consecuencia a la gran mayoría de colombianos nos podría ir mucho mejor. Yo vote por Iván Duque, no fui su aliado en su etapa de selección, pero finalmente cuando surtió todas las etapas dentro del partido y después con las coaliciones, lo apoye de forma decidida, hice campaña por él y me olvide de todo eso que había leído de su pasado y de su formación.

Primó en mi la esperanza de un gran futuro para el país. Por supuesto tampoco había alternativa y la otra opción era nefasta.

Se aproxima un año de su gobierno o el 25% del mandato encomendado a Iván Duque y muchas inconsistencias programáticas saltan a la vista. El manejo de su gobierno en mi concepto está lejano de ser claro, contundente y transparente.

El haber heredado un país por parte Juan Manuel Santos con todos los problemas económicos y sociales de características realmente preocupantes, no debe ser una excusa para tomar determinaciones que beneficien el bien común. Por principios éticos y morales apartarse de quien le hizo tanto daño al país, era prioritario y eso no lo hizo.

Todo lo contrario, ha favorecido y protegido todo el estamento burocrático del legado santista y ha trabajado de la mano de su enemigo natural. No se entiende cómo, por ejemplo, el Presidente nombra de viceministro de Justicia a Juan Francisco Espinosa, persona que conoce bien como se lavaron los activos de las Farc y la corrupción de Odebrecht en el gobierno Santos cuando estuvo en la UIAF y hoy desde su posición calla y oculta.

Muchos, muchísimos han sido los nombramientos que se han hecho, que se siguen haciendo y que van en contravía de su legado de campaña. El abandono de sus electores es evidente.

Que Iván Duque haya dicho muchas veces que es de Centro-Centro, como postura ideológica cómoda para poder estar al lado de todas las tendencias, para poderlas escuchar sin mayores inconvenientes, para poder estar cercanas a ellas y para poder tomar algún tipo de decisión sin mayor traumatismo de conveniencia, no es lo que el país necesita.

Al Presidente se le eligió para que restaure la institucionalidad y todo lo que funciona mal, para que le dé rumbo a un barco que esta al garete, pero hoy después de un año hay que decirlo y con mucha tristeza, el presidente se ha dedicado a incumplir en parte lo que prometió en campaña y a congraciarse con todos los diferentes estamentos del estado, en contravía de sus propios intereses y los de la nación, sin resultados y con una impopularidad muy preocupante, independientemente de que la esté justificando siempre.

Muchos argumentan que el presidente Duque es un hombre honesto, que eso es lo más importante y eso no se discute, yo también tengo la misma apreciación, pero de eso no se trata, ser honesto debe ser una condición intrínseca, todos los gobernantes deben tenerla y también aplica para todo ser humano, pero eso no lo hace un gran estadista, que es lo que requiere el país.

Una vez posesionado el Presidente y en su primer viaje a Europa, llamo mucho la atención, la trascendencia e importancia que le dio Iván Duque a la reunión con el Ceo del Internacional Crisis Group, el señor Robert Malley, conocido internacionalmente por su cercanía con el Hamas y de cuya entidad es miembro de su junta directiva el expresidente Juan Manuel Santos.

La cercanía del Presidente Iván Duque con George Soros es de tiempo atrás, además de haber obtenido la beca otorgada por National Endowment for Democracy, que es una de las tantas instituciones que lidera George Soros, el presidente ha escrito varios artículos exaltando la ideología y postulados de Soros y escribió el libro de la “Economía Naranja, una oportunidad infinita” en compañía de Felipe Buitrago, dándole mucha importancia a las industrias creativas y equiparando su valor al de las industrias extractivas, que son ideas y postulados desarrollados por Soros.

George Soros, que es muy conocido internacionalmente como un especulador financiero que ha destruido la economía de países como Inglaterra, que ha generado caos y revueltas sociales en muchos lugares del planeta, que promueve la sociedad abierta en un mundo globalizado sin fronteras, de libre movilidad de capitales, que apoya y financia la legalización de las drogas, el aborto y la ideología de género; ha tenido y tiene influencia directa en varias ONG colombianas de izquierda como la Corporación Nuevo Arco Iris, Paz y Reconciliación del exguerrillero del ELN León Valencia, de portales como la Verdad Abierta y La Silla Vacía, de medios de comunicación como la pulla del espectador, Colombia Check entre otras muchas organizaciones, como la Verdad Abierta que dirige María Teresa Ronderos, la de DeJusticia del abogado Rodrigo Uprimmy e incluso de instituciones educativas como el Cesed de la Universidad de los Andes, a través de donaciones directas que efectúan organizaciones que lidera George Soros como Open Society Fundations y Human Rights Watch. Todas con gran influencia en el proceso de Paz de la Habana.

Es importante resaltar que George Soros y sus organizaciones han sido vetadas o expulsadas de muchos países del mundo, pero en Colombia solo se le ha dado la bienvenida y se le han abierto todas las puertas.

Coinciden muchas actuaciones recientes del Presidente con los postulados de Soros, en especial la actitud que ha tenido en mantener abierta la frontera con Venezuela con propósitos humanitarios, sin medir las graves consecuencias económicas y sociales que ya se advierten para nuestro país.

Su intervención para coadyuvar con la ayuda humanitaria a los venezolanos, promovida con el concierto auspiciado por Richard Branson, creador de virgin group y aliado de George Soros, para intervenir en los asuntos internos de Venezuela dejaron un gran sinsabor.

Mucho más importante podría haber sido haber logrado ayuda humanitaria internacional para los miles de inmigrantes que hoy invaden los andenes de nuestras ciudades y que aumentan gravemente los índices de pobreza e inseguridad de nuestro país.

No me aparto de que la economía naranja sea un renglón importante de la economía que se puede explotar con gran éxito, pero eso toma tiempo, no es un proyecto a corto plazo. Es preciso prioritariamente dinamizar sectores tradicionales de la economía con tecnología de punta y alianzas estratégicas internacionales.

La economía está estancada, así lo ha ratificado el Banco de la República, Fedesarrollo y otros gremios más tímidamente como la Andi y las Sac. Tenemos problemas de productividad y rentabilidad muy graves en sectores como el del café del cual viven más de 553 mil familias colombianas en 588 municipios del país.

¿Qué hacemos con esas novecientas catorce mil hectáreas sembradas no productivas? No es con subsidios como se soluciona ese grave problema. ¿Cuáles son sus propuestas para esto Presidente?

Iván Duque está desperdiciando la gran oportunidad que le dio la vida a su corta edad para romper y cambiar los paradigmas que agobian al país como la corrupción, la ineficiencia y la ineficacia.

El presidente tiene que pasar del dicho al hecho y no debe quedarse en la retórica del discurso. Iván Duque podría determinar con el respaldo de los 10.300.000 colombianos que votamos por él, tomar la decisión de no acatar determinaciones contrarias a derecho y que lesionan enormemente a la sociedad y encontraría un gran respaldo del pueblo.

Podría sin duda reformar la justicia como gran meta, así haya oposición en el poder legislativo y podría reformar los órganos del estado que están desestabilizando y acabando con la institucionalidad. Solo tiene que lograr liderazgo con carácter y determinación. Sin duda los compromisos adquiridos colman su agenda y la direccionan.

Iván Duque no le puede seguir haciendo el juego al status quo obsoleto que a diario está haciendo trizas la dignidad del pueblo colombiano. Tampoco puede seguir siendo espectador de la ignominia que a diario nos carcome y cuyo panorama vemos ya sin importancia.

Él debe ser el protagonista de la restauración y de los cambios que el Estado y los colombianos requieren a gritos y los debe liderar.

@PoliticaPuntual

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Redacción Minuto30

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