Entiendo que el presupuesto para el año 2019 destinado a la educación es históricamente el más alto para el efecto. Durante 8 años se tuvo un gobierno derrochón en aspectos tan livianos como la jubilación de unos pocos cansinos narcoterroristas, publicidad embadurnadora y mentirosa de logros imaginarios, compra de premios, corrupción a manos llenas, despilfarro en viajes y acciones de oropel que deslumbraban a corifeos y uno que otro ingenuo espectador.

Las cifras muestran un presupuesto para la educación pública en constante incremento y la propuesta del anterior gobierno destina $ 38.7 BILLONES para la educación, cifra que en estos 2 meses largos del período de Iván Duque se puede ver incrementada hasta llegar a los 40 billones conformando así el mayor presupuesto para la educación en la historia del país.

Se está originando un movimiento extraño por lo del nombre: “Yo defiendo la Universidad Pública” y ya en redes sociales aparecen con este eslogan, reitero muy extraño pues en verdad no veo que nadie la esté atacando a no ser que sean los estudiantes que salen a protestar y realizar actos vandálicos con ese pretexto o, los profesores que devengan sumas altísimas disfrazadas de viáticos ocasionales para evadir impuestos o, los directivos que se gastan los recursos destinados en menesteres para los cuales no fueron asignados.

De resto nadie ataca a la universidad pública y las falacias con las que engañan a los imberbes estudiantes sirven para fomentar la revuelta, impulsar ideologías mentirosas y aprovecharse de la generosidad inherente a la juventud irreflexiva, para llevarla a este tipo de acciones violentas que traen consigo estas movilizaciones direccionadas por expertos en la generación del caos.

En estos días me enteré que la jornada laboral semanal de un docente afiliado a FECODE o no es de 30 horas; supongo que el resto del tiempo lo debe dedicar a preparar sus clases o a estudiar; pero esos señores se cuadran el sueldo con otras actividades que les originan ingresos adicionales y casi siempre por fuera de la legalidad financiera.
Qué incoherencia señores docentes. Si ustedes son educadores y pretenden transmitir principios éticos a sus educandos, no se comporten como cualquier delincuente al evadir el pago de impuestos que podrían servir para mejorar la calidad de la educación siempre y cuando se cambie la mentalidad mercantil de los ¿educadores?

Y si dedican el tiempo de 18 horas semanales para lo que les fue concedido muy seguramente tendríamos una avance muy significativo en las pruebas saber y el comportamiento social de los estudiantes tendrían pues maestros informados y con principios éticos transmisibles con el ejemplo. Eso poco se observa en los planteles educativos públicos. Allí ve desidia, indolencia y desorden como reflejo de lo que piensan, viven y trasmiten profesores y directivos, y que absorben estudiantes.

Tener zonas en universidades públicas que se conozcan como el aeropuerto debido al consumo incontrolado de alucinógenos es una vergüenza y tolerarlo hasta convertirlo en motivo de comentarios humorísticos es muestra de la indolencia disciplinaria de directivos que no son capaces de afrontar esta desviación con el carácter que se requiere. Claro que nuestros jueces son de un talante perverso puesto que esto, la lascivia o el tener relaciones sexuales en las aulas es un derecho al libre desarrollo de la personalidad. Pero orinar en la calle es motivo de castigo y multa. ¿Quién entiende?

Construir sedes en sitios para futuro desarrollo puede ser visionario pero para ello el presupuesto de la institución debe estar sustentado y debe asignar los recursos para su mantenimiento y funcionamiento eficiente y eficaz. Si esto no se cumple no se deben adelantar estos proyectos ambiciosos si, pero con riesgo de convertirse en elefantes blancos.

Todo esto sin ahondar en los estudiantes eternos que pasan de facultad en facultad para permanecer en las aulas sembrando la discordia y el desorden. Son pagados por grupos revolucionarios de izquierda que los tiene como fichas claves en esos establecimientos para organizar y potencializar este tipo de protestas que no buscan dignificar pero si originar terror y descontento. Estos aunados a la ambición de profesores y directivos que quieren vivir como reyes pero trabajando nada son el denominador común para estas acciones vandálicas que no se compadecen con las pretensiones supuestamente altruistas que originan la movilización.

Postre: Los profesores y directivos quieren aumento sustancial del sueldo, los estudiantes les hacen el juego ya sea engañados o con ganas de capar clase y los ¡infiltrados?, aprovechan para sus felonías y lo que se pudo conseguir sin esos actos se demora o se aplaza indefinidamente. Muy mal negocio.

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Redacción Minuto30

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