En una carta dirigida al Consejo Europeo, la Comisión Europea y a la presidencia pro témpore del Consejo de la Unión Europea, a cargo de España, 17 países de América Latina y el Caribe, Asia y África, manifestaron su preocupación por la expedición y puesta en marcha del reglamento de la UE sobre el comercio libre de deforestación.
El llamado firmado por Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Honduras, México, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, los asiáticos: Indonesia, Malasia y Tailandia, y de África: Costa de Marfil, Ghana y Nigeria, señala que la legislación ignora las circunstancias y capacidades de producción locales, las legislaciones de cada nación y los mecanismos de certificación de los países en desarrollo, así como los esfuerzos que adelantan en su lucha contra la deforestación y los compromisos multilaterales.
En la comunicación se convoca a la Comisión y a otras instituciones del bloque a participar en un diálogo más significativo y abierto considerando que el reglamento en mención, que entrará en vigor en el 2025, y cuya implementación aún se está trabajando.
Lo que se busca es “tratar de mitigar los impactos más dañinos a través de directrices de implementación que valoren las prácticas sostenibles, así como el desarrollo local de las cadenas de valor agrícolas, y evitar así la perturbación en el comercio”.
La excesiva carga administrativa por las exigencias en geolocalización y trazabilidad, certificaciones y trámites aduaneros, generan altos costos para los países exportadores e importadores, lo que puede terminar afectando, especialmente, a los productores, se señala en el documento.
“Consideramos que la legislación, por sí sola, no tendrá ningún impacto positivo en las tasas de deforestación e incluso puede producir otros efectos adversos, como aumento de la pobreza, desvío de recursos y obstáculos para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, puntualizan los países firmantes.
Subrayan que la Unión Europea debe reconocer los esfuerzos realizados por los países en desarrollo para avanzar en prácticas de sostenibilidad, así como los desafíos que enfrentan para acceder a programas de financiamiento, nuevas tecnologías, capacitación y asistencia técnica.
“Los pequeños agricultores pueden terminar siendo excluidos de las cadenas de valor internacionales, no porque hayan deforestado sus tierras sino por su incapacidad de demostrar que cumplen con los estrictos requisitos impuestos por el reglamento de la Unión Europea sobre productos libres de deforestación”.
Esto privaría, dice el documento, “injustamente a los pequeños agricultores de una importante fuente de ingresos y medios de vida, e incluso afectaría su capacidad para adoptar prácticas sostenibles”.
Colombia a la vanguardia
Colombia busca impulsar tareas como el comercio de productos que no contribuyan a la deforestación, la producción descarbonizada, el tratamiento preventivo de la migración y desarrollar un Plan Marshall climático, ha explicado reiteradamente en distintos escenarios multilaterales el presidente Gustavo Petro, como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
“Toda agricultura ha deforestado, toda por definición, la de ustedes, la nuestra, pero este no debería ser el criterio del comercio. El criterio del comercio debería ser la huella carbón y resulta que la Unión Europea tiene una huella carbón tres veces más alta que América Latina, lo cual implicaría en el corto plazo que cesarían mucho las exportaciones de Europa a nuestro continente y aumentarían mucho las nuestras hacia el de ustedes”, explicó el jefe de Estado en su momento.
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