Dilma Roussett. Presidenta de Brasil. EFE.

Brasil y México elevaron esta semana el tono de sus reclamos tras nuevas denuncias de espionaje de EE.UU. en América Latina y otras regiones, ante lo cual el presidente Barack Obama prometió revisar tales prácticas, que han desatado indignación mundial.

Dilma Roussett. Presidenta de Brasil. EFE.

Dilma Roussett. Presidenta de Brasil. EFE.

Ante el aluvión de críticas contra EE.UU., y las hasta el momento poco convincentes explicaciones de la Casa Blanca, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, reiteró su propuesta de adoptar un marco global para proteger la privacidad en internet, la cual, dijo, no debe ser vulnerada en nombre de la lucha contra el terrorismo.

Brasil y México, mayores economías regionales, se unieron esta semana a Argentina, Chile, Colombia, Bolivia, Ecuador, Perú, Uruguay, Venezuela y otros países latinoamericanos para condenar las denunciadas prácticas de la potencia del norte, que también salpican a socios europeos clave como Alemania, España y Francia.

Rousseff, quien denunció que ella, funcionarios del Gobierno y empresas brasileñas fueron víctimas del supuesto espionaje estadounidense, señaló que es necesario que la ONU adopte un marco civil internacional para proteger la vida privada en el ámbito de internet.

«Defendemos, como ya lo hice ante la (Asamblea General de la) ONU, la adopción de un marco civil multilateral para reglar el uso de la internet, lo que implica en una discusión mundial sobre la protección de los datos en esa red para impedir que cualquier acción de combate al terrorismo sea usada como disculpa para una guerra cibernética», dijo la mandataria brasileña.

«Francia va a pedir que la Cumbre de la Unión Europea discuta el asunto y (la canciller de Alemania, Angela) Merkel, está cuestionando de forma clara esa violación a su propio (teléfono) celular», afirmó la jefa de Estado brasileña.

El portavoz del Gobierno de EE.UU., Jay Carney, evitó el jueves responder en la rueda de prensa diaria a la pregunta de si la inteligencia estadounidense espió en el pasado el teléfono celular de Merkel y argumentó que la Administración de Barack Obama no va a hablar «públicamente» al respecto.

Pero este viernes, la asesora de antiterrorismo y seguridad nacional de Obama, Lisa Mónaco, aseguró en un artículo de opinión que el presidente ha pedido revisar la política de espionaje y que se respete a los aliados internacionales de EE.UU.

Según Rousseff, Brasil, sexta economía global, recibió la solidaridad de sus socios en el Mercosur (Argentina, Uruguay y Venezuela), cuando protestó por haber sido víctima del espionaje de EE.UU. y «esta semana varios líderes mundiales se manifestaron de forma dura» sobre el asunto.

Rousseff, quien postergó una visita de Estado que tenía programada para este mes a Washington, en protesta por el espionaje, considera que las prácticas de EE.UU. suponen «una violación» de la soberanía de Brasil, «una afrenta» y «una falta de respeto» que no puede justificarse en nombre de la lucha contra el terrorismo.

El canciller mexicano, José Antonio Meade, se reunió el jueves con Wayne para analizar las denuncias, aunque de inmediato no trascendieron detalles sobre lo hablado.
La prensa ya había denunciado que el supuesto espionaje estadounidense afectó al presidente Peña Nieto, inclusive cuando era candidato.

El Gobierno de Peña Nieto, habitualmente prudente al ventilar las controversias con el poderoso vecino del norte, elevó la voz esta semana, también presionado por analistas y líderes políticos, incluso del oficialismo.
Así, el presidente del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) de México, César Camacho, calificó el miércoles de «insuficientes, limitadas y hasta cínicas» las explicaciones dadas por EE.UU. sobre las nuevas denuncias de espionaje, práctica que «condenó categóricamente».

Bogotá, 25 oct (EFE).-

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Redacción Minuto30

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