Fotografía de referencia/Tomada de PixaBay

Fotografía de referencia/Tomada de PixaBay

Se sabe que mirar el Sol directamente puede deteriorar los ojos, por eso uno de los fenómenos más contemplados que tienen que ver con el astro es cuando este se pone; al atardecer, cuando el Sol está abajo en el horizonte, a veces rojizo y cuando hay bruma en la atmósfera, es fácil observarlo a simple vista y por largos periodos de tiempo.

La atmósfera está tan llena de partículas que los aviones se sostienen en el aire. Estas partículas están siempre moviéndose y vibrando, según explicó el astrofísico del Planetario de Pamplona, Fernando Jauregui, a la BBC, la atmósfera es un medio que causa dispersión.

Aunque el Sol tiene todos los colores, es su manera de interactuar con la atmósfera la que determina de qué color se verá eso a lo que llamamos cielo. Como los azules son esparcidos con más facilidad, el cielo se ve azul durante el día.

Cuando el Sol se pone y está abajo en el horizonte, la distancia que recorre la luz del astro en la atmósfera, es mucho mayor que al mediodía, por lo que ya no tiene nada de azul, amarilla ni verde, solo luz roja, por eso el rojizo que hace parte del fenómeno de esparcimiento llamado Rayleigh.

El saber esto le podría quitar el sentido ‘romántico’ a ese fenómeno que acapara la atención de los terrícolas al terminar su día, pero también añade mérito a los fenómenos físicos que cautivan a los humanos sin que se enteren.

Compartir:
  • Comentarios

  • Anuncio

    Acceder a subsidios VIS por más de 108 millones, las familias antioqueñas pueden hacerlo