Mariano, Mechudo, Luminoso, 13 de mayo, Gabriel y Toño, fueron los toros y novillos (crías de dos o tres años) que fueron masacrados ante la mirada indolente de al menos de 2.500 espectadores este sábado en Medellín.

Los antitaurinos de todo el país luchamos para que estos animales llamados toros de lidia, no sean criados más para un cruel y fatal destino. Por eso desde el año pasado venimos trabajando arduamente para salvar estas vidas inocentes, visibilizando un proyecto de ley que se tramita en la Cámara de Representantes y que busca que se prohíba todo espectáculo en el que se hiera, lacere o se de muerte a nuestros animales, y también a todos aquellos congresistas que apoyan la causa animal y también a quienes definitivamente desean que la barbarie perdure.

La tortura comienza con armas cortopunzantes llamadas puyas, las cuales cuentan con una púa piramidal bien afilada de aproximadamente 2,5 cm, que mientras el animal se mueve, se va adentrando en la carne (de 20 a 30 cm de profundidad), generando graves daños neurológicos. Según estudios veterinarios, en más del 70% de las veces la puya ni siquiera es insertada en el morrillo, sino en otras zonas, por lo cual se afectan más de 20 músculos, también son seccionadas venas y arterias en este denominado primer  tercio.

Estos animales, que hasta hace unos días vivían felizmente en grandes prados, en el segundo tercio del rito, les clavan por lo menos 6 banderillas que cuentan cada una con un arpón de acero con longitudes entre 4 y 6 centímetros, desgarrando al animal y profundizando las heridas ya hechas con la puya, lo que genera una gran pérdida de sangre en el toro.

Luego en el tercer tercio, el animal es estocado con una espada de aproximadamente 80 centímetros, la cual  lesiona los cordones nerviosos laterales a la médula y conjugada con las heridas anteriores, genera muchas veces problemas respiratorios en el animal y la destrucción de los pulmones, esto lo evidenciamos cuando vemos al toro emanando sangre por su boca y nariz.

Finalmente, vienen el descabello (espada similar al estoque pero de 10 centímetros, sirve para seccionar la médula espinal) y la puntilla (cuchillo de 10 cm de hoja secciona el bulbo raquídeo, provocando la parálisis general del animal). Se supone que con esta última, la muerte del toro debe ser inmediata, sin embargo en la mayoría de las ocasiones podemos ver hasta tres intentos con la puntilla.

El sufrimiento y la violencia hacia otras especies son los mayores argumentos para no permitir que estos eventos decadentes e inmorales se sigan realizando en el país. Por eso este domingo 11 de febrero, centenares de activistas de Medellín se han dado cita para hacer un homenaje solemne a las vidas de Mariano, Mechudo, Luminoso, 13 de mayo, Gabriel, Toño y miles de animales más que como ellos murieron ante la mirada indolente de ciudadanos y políticos.

Este año es la sexta versión en Colombia de un performance impactante en el que las personas semidesnudas y ensangrentadas, exhortamos a los políticos a no apoyar más a quienes se lucran de estos espectáculos, y dejar avanzar a un país que sueña con la paz, también para los animales.

Ponte es una apuesta de AnimaNaturalis Internacional, para seguir sensibilizando a la población sobre lo que como sociedad no podemos seguir aceptando, la muerte y tortura de animales por diversión o por cultura.

@habitanteanimal

Ingeniera ambiental y defensora de los derechos de los animales
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Redacción Minuto30

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