El director español Álex de la Iglesia posa durante el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF) en Canadá. La película del director bilbaíno, "Las brujas de Zugarramurdi", se estrena hoy en el festival. EFE

«Las brujas de Zugarramurdi», del español Álex de la Iglesia, se estrena hoy en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), una película con la que el director bilbaíno asegura quiere «divertir» con sus problemas.

En su última película, De la Iglesia vuelve a la comedia negra y fantástica con un largometraje de «humor, amor y acción, que no puede haber nada más divertido» interpretado por Hugo Silva, Mario Casas, Jaime Ordóñez, Carmen Maura, Terele Pávez, Carolina Bang y Macarena Gómez en los papeles principales.

«‘Las brujas de Zugarramurdi’ es una comedia muy desmadrada, casi antropológicamente hablando. La idea es hablar sobre lo tontos que somos los hombres y los problemas que tenemos para comunicarnos con las mujeres. Sobre todo, como en este caso, si son brujas», dijo hoy el director durante una entrevista con Efe.

El director español Álex de la Iglesia posa durante el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF) en Canadá. La película del director bilbaíno, "Las brujas de Zugarramurdi", se estrena hoy en el festival. EFE

El director español Álex de la Iglesia posa durante el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF) en Canadá. La película del director bilbaíno, «Las brujas de Zugarramurdi», se estrena hoy en el festival. EFE

«Todos los personajes de la película han tenido una historia siniestra con sus mujeres, o exmujeres, y hablan de ello en el taxi conforme están huyendo. Pero no saben que han robado 25.000 anillos de boda que es como el Arca de la Alianza. Y les cae una terrible maldición», añade el director.

«Quiero divertir con mis problemas, con lo que me queda de neuronas y sobre todo entretener a los demás. Hacer una película en la que la gente se divierta y se ría de sí misma», respondió al ser preguntado por qué eligió esa temática para el filme.

«No hay una intención moralizante. Simplemente divertirme con ello. Los personajes están muy cercanos a la desesperación. Pero la desesperación no lleva a ningún lado. Lo interesante sería tomarse las cosas con humor y sobre todo enfrentarse a los problemas con valentía», continuó.

El rodaje de la película se realizó en parte en la localidad navarra de Zugarramurdi, donde existe una tradición de brujería.

«Siempre he tenido Zugarramurdi en un lugar bastante importante en la cabeza. Zugarramurdi era como Salem, un pueblito de Navarra pero muy importante para la historia de la brujería. Allí se organizaban aquelarres que de los que incluso Pío Baroja habla de ellos en un cuento», explicó.

«Caro Baroja en el libro ‘Las brujas y su mundo’ no para de hablar de Zugarramurdi. (José Miguel) Barandiarán, y otros hablando del matriarcado y de una tradición de hegemonía de las mujeres en el ambiente antropológico del norte lo tienen como un lugar muy importante», continuó.

«Es como una catedral de la brujería. Cuando la gente me decía que no sabía donde estaba y ni siquiera sabía como pronunciarlo, me sorprendió. Espero que por lo menos la película sirva para colocarlo en el mapa y sobre todo para que la gente se anime a ver uno de los lugares más bonitos de España», dijo el director.

De la Iglesia también tiene piropos para Carmen Maura, la matriarca de la película.

«Es una mujer con un carisma y una energía en los ojos que hace todo verosímil. Mi labor ha sido sencillamente encauzar los superpoderes de Carmen Maura y vais a disfrutarlo en la peli porque realmente está que se sale. Es una delicia verla», dijo De la Iglesia.

El director añadió que el Premio Donosti que la actriz recibirá en unos días en el próximo Festival de Cine de San Sebastián «es uno de los más merecidos» y que llega en «uno de los mejores momentos de la carrera de Carmen».
De la Iglesia recuerda que una de las anécdotas más graciosas del rodaje fue cuando el personaje de Carmen Maura, como buena bruja, tenía que volar.

«¡Imagínate a Carmen volando! Era un espectáculo. Le decía: sonríe. Y ella me contestaba que le costaba muchísimo porque a partir de 3 metros te asustas bastante», relató.

O la escena en la que los protagonistas masculinos son amarrados a cruces.

«Secun, Pepón, Mario y Hugo estuvieron atados en cruces delante del fuego durante días. Eso, quieras que no, empieza a broncearte. Se lo tomaron con mucha calma y sobre todo con mucha risa. Eso influye mucho en la película. Se nota una mezcla de angustia y diversión que francamente creo es el espíritu de la película».

De la Iglesia también expresó su satisfacción por estar otro año más en Toronto, un festival del que es casi un asiduo.

«Supone una alegría y un orgullo poder estar aquí enseñando la película a un público muy exigente y a la vez con ganas de reirse. Ayer fue el pase de la prensa y la gente se río muchísimo cosa que me hizo muy feliz», concluyó. Toronto (Canadá), 14 sep (EFE).-

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