Hace unas semanas sostuvimos que Colombia tenía un comportamiento por encima de la media mundial, y que, en el 2016, contábamos con una expectativa de vida de 74.182 años, a tan solo 4.559 años de Estados Unidos.

Siempre generará satisfacción tener, al interior de la economía, indicadores económicos que posean incrementos sostenidos en el tiempo, como lo es la esperanza de vida en Colombia, mas aún, cuando se trata de una medida que indica vivir más tiempo y con mayores índices de calidad de vida.

Lo anterior, visto desde una perspectiva política, inmediatamente se convierte en una preocupación, pues tener una mayor expectativa de vida implica grandes retos, tanto en materia de salud y pensiones, como en términos económicos.

Cuando una persona alcanza una esperanza de vida alrededor de los 80 años, con la posibilidad de cumplir todos los requisitos de ley para acceder a su pensión en el año 2020, tendremos como supuesto el pago de 15 años, aproximadamente, de pensión por parte del sistema; en el mismo escenario, una persona que pueda pensionarse en el año 2040 y la esperanza de vida haya incrementado a 85 años, el sistema de pensiones deberá cubrir 5 años más del pago, aproximadamente, o en su defecto, esta persona recibirá una menor mesada para que su ahorro alcance para todo su periodo de jubilación.

Quizás, una de las implicaciones de mayor impacto económico por el aumento de la expectativa de vida de los colombianos, es el modo de financiación de las pensiones; las soluciones para la situación pensional colombiana son diversas, la más común y lógica de todas, es el “impopular” incremento de la edad pensional, la cual, reduce un poco el tiempo de pago de las mesadas por parte del sistema.

También se puede plantear el incremento de los porcentajes de cotización obligatorios, pero estos requieren un esfuerzo adicional por parte del gobierno en materia de formalización del mercado laboral, con el fin de garantizar una pensión mínima para la mayoría de los trabajadores, además de un sistema de subsidio de desempleo temporal que garantice un ingreso mínimo, aunque este hecho genera inconvenientes en materia fiscal para el país.

Una de las posturas que sostienen los expertos en el tema pensional , es que somos un país de clase media informal que sufre, en porcentajes significativos, pobreza en la vejez de su población, esto sin contar la alta inequidad de los subsidios pensionales, dado que son los de estratos bajos los que subsidian a los de estratos altos.

Las discusiones en lo público, respecto a las futuras necesidades sociales de la población, deberán tener la capacidad de imaginarse una sociedad cada vez mas adulta, con cambios significativos pero paulatinos, con el objetivo de contar con una mejor calidad de vida de la población adulta a futuro.

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Abogado especialista en Derecho Empresarial
Magister en Economía Aplicada
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Redacción Minuto30

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