La pregunta pertinentes es, ¿se acaban los reales problemas de la educación Pública en Colombia con mas Presupuesto? Claro que no. Personalmente considero que se acrecientan y se consolidan.

Las recientes marchas y protestas de los estudiantes solicitando mas presupuesto para la educación pública, han dejado un gran sinsabor en el ambiente. El vandalismo que vimos en el espacio público a muchos bienes del estado y a la propiedad privada, no solo son demandables, sino que hablan muy mal de la estructura ética y moral de las personas que realizaron esos condenables actos y si ademas, cuantificamos lo mas grave, que son las lesiones que se produjeron a varios miembros de la Fuerza Pública y a varios estudiantes, sin duda es fácil concluir que su objetivo no solo no se cumplió, sino que deja un resultado lamentable y para nada alentador y edificante.

Si bien es cierto que la protesta es un derecho constitucional, la misma debería ser pacífica, decente, tener fines loables, constructivos, que lleven a la reflexión, a la dialéctica y al engrandecimiento. A juzgar por lo que vimos, solo se evidencia un gran resentimiento social en nuestra juventud, una falta absoluta de principios, de solvencia ética, de decencia y de elementales modales de educación. Por supuesto también vimos algunas expresiones de estudiantes que pretendieron hacer de la protesta un llamado de atención y una solicitud objetiva de necesidades a los gobernantes de turno, pero por desgracia fue porcentualmente despreciable.

Cómo me habría gustado que los estudiantes hubieran protestado gritando airadamente que necesitaban calidad en la educación y solicitando que sus profesores fueran evaluados académicamente cada semestre o exigiendo que su escalafonamiento estuviera estrictamente ligado a su real estructura académica.

Que bueno habría sido haber escuchado de los estudiantes un rechazo contundente a la injerencia destructiva que producen sindicatos como FECODE, en la calidad de la educación pública y en el respeto infinito a la estructura del pensamiento en la juventud Colombiana.

Habría sido de gran aporte que los estudiantes hubieran presentado proyectos para la eficiencia y eficacia en el manejo administrativo y financiero de la Universidades públicas, a donde la corrupción corroe lo mas profundo de sus estructuras físicas.

Habría sido muy hermoso haber visto a la juventud de nuestro país empoderada de ideas que fortalecieran su emprendimiento, solicitando capital semilla de los gremios de la produccion y del estado, para sacar avante sus proyectos, solicitando adicionalmente trabajar asociados en procura del desarrollo del país.

Habría sido de gran valía haber escuchado de nuestros estudiantes un rechazo profundo y contundente a la manipulación política que hacen de ellos políticos que solo pretenden incendiar al país, sentados en el senado o la cámara de representantes, sin producir ideas y sin legislar para la evolución de Colombia, solo pensando en su ego personal y su capital político.

Que bueno habría sido haber visto a nuestros estudiantes con ideas políticas nuevas y frescas para solucionar los problemas de sus necesidades, sin la injerencia de ideologías fabricadas geopolíticamente para favorecer intereses económicos internacionales completamente ajenos a los intereses del país y de su gente.

Por desgracia, solo vimos vandalismo.

Recientes estudios han comprobado que el semestre de un estudiante en la Universidad Publica, le vale al estado mas que un semestre de un estudiante en una universidad reconocida privada como la Universidad de los Andes o la Universidad Javeriana, lo que por simple lógica evidencia la total ineficiencia e ineficacia del manejo de las Universidades Publicas en nuestro país.

Solo haciendo una gran reforma a la educación para que haya un adecuado manejo de los recursos inmensos que el estado destina a la educación Pública, podría proporcionar una nueva visión de la educación en Colombia y podría generar una mayor cobertura, de lo contrario mas recursos sin solucionar su real problemática, solo seguirán consolidando ambiciones sindicalistas destructivas e incoherentes y dejando en manos de criterios ideológicos sin sentido de país, mentes brillantes desperdiciadas. Calidad y mas calidad en la educación debe ser el propósito diario como política de estado, si queremos tener resultados a mediano y largo plazo y no se entiende por qué esta premisa indispensable no depende de quien suministra los recursos.

Seguimos sin proyectarle al país la educación que se merece y desperdiciando y dilapidando a manos llenas los impuestos que con tanto trabajo producen los colombianos y sus empresas.

@PoliticaPuntual

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Redacción Minuto30

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