El escándalo de Odebrecht tocó las puertas de prácticamente todos los países en Latinoamérica: hasta 2016, además de Brasil, se vieron involucrados en las declaraciones de corrupción de los directivos de la multinacional, países como Panamá, República Dominicana, México, Guatemala, Ecuador, Perú, Venezuela, Argentina y por supuesto, Colombia.

No es de extrañar que de todos los países mencionados, donde las investigaciones avanzan a paso más lento, además de Venezuela (donde no avanzan, por obvias razones), es en Colombia. En Perú, por ejemplo, el escándalo de Odebrecht está a punto de hacer caer a Pedro Pablo Kuczynski. El Congreso, de mayoría opositora, está decidido a castigar al presidente por su papel en el escándalo de la empresa brasileña. Con 93 votos a favor de un total de 118 legisladores, el Congreso aprobó debatir la destitución del mandatario por incapacidad moral. Kuczynski tiene prácticamente las horas contadas en el cargo.

Mientras esto sucede en el hermano país, en Colombia, las investigaciones escasamente tocan a los amigos y colaboradores de Juan Manuel Santos: Benedetti, Ñoño, Musa y Roberto Prieto.

¿Por qué no llegan al presidente? ¿Qué más pruebas requiere la justicia para ir detrás del “Premio Nobel”? Las confesiones de Bula, Ñoño y funcionarios de Odebrecht en el extranjero, indican que él fue el principal beneficiario de las dádivas que se repartieron, puesto que gracias a su “ayuda” ganó la presidencia en dos ocasiones. Es vox populi que Roberto Prieto en privado se jacta de decir que “si cae él, cae Santos”.

A las dos campañas de “Santos Presidente” ingresaron sobornos de Odebrecht. Recordemos: Roberto Prieto aceptó el ingreso a la campaña de 2010 de $400.000 dólares de Odebrecht para la impresión de más de 2 millones de afiches. Esta confesión es un descaro, puesto que los términos para que el CNE investigara ya caducaron.

En 2014 según declaraciones de Otto Bula, Odebrecht volvió a dar dinero para la segunda campaña del presidente Santos. En esta ocasión, dijo inicialmente Bula, $1 millón de dólares ingresaron a la campaña que no fueron reportados. Declaraciones posteriores de Ñoño Elías indican que está cifra es mucho mayor.

Recientemente la Corte Suprema de Justicia abrió investigación preliminar contra el conocido “grupo buldócer” del Congreso, del que hacen parte Armando Benedetti, Antonio Guerra, Ñoño Ellas y Musa Besaile por su participación en los sobornos. ¿Qué casualidad que todos sean amigos y electores de Santos, al tiempo de ser “amigos de la paz”. Definitivamente nadie es santista gratis.

Pero todo se queda en investigaciones y nada se concreta. Ojalá nuestra justicia fuera, al menos, un poco parecida a la peruana. El único condenado en Colombia, hasta ahora, por los sobornos de Odebrecht, ha sido el ex viceministro de transporte, Gabriel García, que fue sentenciado a seis años de prisión. Casi nada para todo el dinero de los colombianos que se robaron. Al paso que avanza la justicia en este país, parece que García será el único condenado.

Los colombianos, y sobretodo las nuevas generaciones, necesitamos ver que la justicia opere de verdad y deje de ser un brazo al servicio del Ejecutivo. Necesitamos una justicia independiente que actúe en derecho y que envíe el mensaje claro a los colombianos de que delinquir no paga.

@andresportillo_

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Redacción Minuto30

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