Juan Manuel Santos nos robó el plebiscito. Hace un año, el 2 de octubre de 2016, los colombianos le dijimos NO a los acuerdos de La Habana tal como los negoció el Gobierno en Cuba. El mandato del pueblo a Santos fue claro: hacer cambios sustanciales en temas de justicia, elegibilidad política, reparación a víctimas, tierras y en general, a privilegios a las Farc.

El triunfo del NO fue una gran victoria a la maquinaria del Gobierno. A pesar de las encuestas gobiernistas, que daban como amplio ganador al Sí, a pesar de los ríos de dinero y mermelada que repartió Santos para asegurarse el triunfo, a pesar de tener a todos los partidos políticos apoyando el proceso (excepto uno) y a los medios de comunicación que vendieron su imparcialidad, los colombianos le demostramos en las urnas que nuestra conciencia no tiene precio, le demostramos que no estar de acuerdo con lo pactado en Cuba de ninguna manera nos hace enemigos de la paz, porque todos queremos la paz, pero no a cualquier precio.

En el plebiscito convocado por Santos para refrendar su proceso de “paz”, él impuso las reglas y perdió y aún así, cual dictador, desconoció la voluntad de los colombianos. Con cambios insignificantes, el Gobierno pisoteo el mandato popular y con una simple proposición en el Congreso, refrendó el pacto de impunidad con las Farc. Un claro golpe a la democracia colombiana.

El Gobierno nos impuso un acuerdo que fue rechazado en las urnas. ¿Sus cómplices? El Congreso y la Corte Constitucional. El primero se convirtió en un simple notario del Gobierno, aprobando cada una de las leyes que sólo buscan beneficiar a las Farc. La Corte, por su parte, dejó de velar por el respeto a la Constitución y da vía libre a cada nuevo atroz invento del Gobierno y las Farc.
Hoy, los colombianos vemos como cada día los miembros del terrorismo son premiados con innumerables dádivas mientras el ciudadano del común, ese que siempre ha vivido en la legalidad, es castigado con más impuestos, desempleo, crisis de la salud, etc. ¿Es esto justo?

Al país le hizo muchísimo daño la cultura del dinero fácil que dejó el narcotráfico. Hoy en Colombia no podemos permitir que gracias al pacto de impunidad Santos-Farc llegue la cultura de premiar la ilegalidad. Por el futuro del país y de nuestros jóvenes, no podemos permitir el mal ejemplo como cultura.

Los colombianos no nos rendimos, por eso el Centro Democrático está convocando a un Referendo que busca derogar los actos legislativos que han dado vida a la JEP, la elegibilidad política de las Farc y el blindaje constitucional de los acuerdos de La Habana.

En el Plebiscito hicimos campaña por el NO, para este referendo vamos a hacer campaña por el Sí, porque sí queremos que se deroguen estos actos legislativos que nos impusieron. Los colombianos seguimos en resistencia civil, en oposición ciudadana, porque Colombia no se rinde.

@andresportillo_

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Redacción Minuto30

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