La ex rehén franco-colombiana Ingrid Betancourt afirmó el viernes que no irá a «vivir a Colombia» porque hay «mucho odio», aunque tampoco dijo si se instalará en Francia, más de dos años después de haber sido rescatada de manos de las FARC en un incruento operativo militar.

La ex rehén franco-colombiana Ingrid Betancourt afirmó el viernes que no irá a «vivir a Colombia» porque hay «mucho odio», aunque tampoco dijo si se instalará en Francia, más de dos años después de haber sido rescatada de manos de las FARC en un incruento operativo militar.

«No iré a vivir a Colombia. No por ahora», dijo la ex política colombiana en una entrevista a la radio France Inter con motivo de la salida de su libro «No hay silencio que no termine», en el que relata su cautiverio durante seis años y medio en poder de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxista).

Ingrid Betancourt nació el 25 de diciembre de 1961 en Bogotá en el seno de una familia acomodada.

Tras explicar que desde su liberación, en julio de 2008, «tengo los pies en las valijas entre mi hijo y mi hija», Lorenzo y Melanie que viven en París y Nueva York respectivamente, la ex rehén, de 48 años, aseguró que después de la publicación de su libro «quiero encontrar un lugar que me guste y que me dé un proyecto de vida».

«Mis raíces estarán siempre aquí. Para mí Francia es mi refugio. Siempre lo ha sido», aseguró Betancourt, que estudió Ciencias Políticas en París y cuyo primer marido, Fabrice Delloye, es un diplomático francés y padre de sus hijos.

«Sé que no será Colombia», agregó al ser interrogada sobre dónde se instalará, aunque inmediatamente aseguró que «Colombia es un país que adoro».

Betancourt admitió que esa decisión se debe también a las polémicas hacia su persona y la hostilidad de la opinión pública.

Su imagen se vio empañada en los últimos meses tras conocerse públicamente que había solicitado una indemnización de unos ocho millones de dólares al gobierno colombiano y que rechazó otra en Francia que según la prensa ascendía a 450.000 euros, por considerarla insuficiente. Betancourt renunció a ambas.

El 80% de los colombianos tiene una imagen negativa de Ingrid Betancourt, considerada otrora una «Juana de Arco» moderna.

«Pienso que hay pasiones negativas que deben iniciar un proceso de maduración en cada colombiano. Hay mucho odio en mi país», opinó Betancourt, que lo atribuyó a «siglos de violencia».

¿Y hacia ella? Se trata de «encontrar un enemigo. Hay mucho miedo al cambio, al futuro y hay políticos en Colombia que se dicen ‘¿si algún día ella vuelve?'».

Vía Latam.MSN.com

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Redacción Minuto30

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