Ni una más. Por: Eliana Katherine Gómez Mejía.

El 25 de noviembre conmemoramos el día de la eliminación de la violencia contra la mujer, hay quienes consideran que es un día al que no hay que darle trascendencia y que es un día más como cualquier otro.

Eliana Katherine Gómez Mejía.

Sin embargo, quienes defendemos los derechos de las mujeres, y estudiamos el tema, vemos que no solo las cifras son las que importan, sino el impacto que tiene un día como este en las mujeres, especialmente en las que han sido abusadas, que mediante campañas agresivas de sensibilización logran concientizarse y deciden denunciar.

Uno de los principales problemas de las violencias contra la mujer, sumado a la falta de sanción social, que resulta insuficiente, es la falta de denuncia, esta última por vergüenza, por desconocimiento, por miedo y por la revictimización, aspectos en los que la legislación colombiana mediante la ley 1257 de 2008, avanzó mucho, estableciendo una ruta de atención y haciendo obligatoria la atención médica y la asesoría jurídica para aquellas mujeres que han sido víctimas, no obstante, los organismos del Estado se quedan cortos a la hora de aplicar la normativa, ya que en algunos casos no cuentan con conocimientos específicos sobre la materia, no saben cómo atender, y terminan revictimizando o no ven el problema como prioritario y lo siguen viendo como un asunto privado.

Por otro lado, cuando hablamos de la violencia contra la mujer, no solo debe hacerse alusión a la violencia física, o sexual, sino también debemos hablar de la violencia económica y psicológica, que afectan intangiblemente la vida de las mujeres.

Algunas de sus manifestaciones pueden ser, en relación a la violencia física, como empujones y golpes; violencia psicológica, insultos, humillaciones, aislamientos, celos, vigilancia y control; violencia sexual, presión para tener relaciones, exigencias a prácticas sexuales que no son del agrado propio, negarse a usar preservativos, y negar el derecho a usar métodos anticonceptivos, y respecto de la violencia patrimonial o económica, algunas de las manifestaciones son que la pareja tenga el control sobre el salario, que no lo pueda invertir en lo que quiera, sino en lo que él autorice, no conocer el ingreso de la pareja, oculta la existencia de bienes y mayoritariamente no se permite que la mujer tenga un empleo para poder ejercer un control más efectivo.

Aunado a la anterior clasificación, también se puede hablar de la violencia simbólica, la cual se materializa con chistes, bromas que van relacionados con la “falta de inteligencia, destrezas, razonabilidad, etc” de las mujeres, publicidades en la que el papel de la mujer se reduce a ser madre y ama de casa; y sobretodo a representar a la mujer como objeto sexual, ejemplo el radar Soho.

Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, una de cada tres mujeres es violentada físicamente por su compañero sentimental, cerca de 120 millones de niñas han sufrido el coito forzado u otro tipo de relaciones sexuales forzadas en algún momento de sus vidas; y 133 millones de mujeres y niñas se han visto sometidas a la mutilación genital femenina, cifras que no puede ser toleradas por ninguna sociedad.

No más indiferencia, no más educación tradicional enfocada en la misoginia y el modelo patriarcal, basta de legislación heteronormativa.

Los medios de comunicación tratan este día de una manera muy sensacionalista, su lenguaje no es incluyente, y los casos emblemáticos que escogen son los que más morbo social generan; y ni hablar de la “culpa” que tienen las mujeres de ser violentadas por la forma en como se visten, por “provocar”, cuando el problema no es como se vistan las mujeres, sino el otro cómo las mira. Educación y respeto.

La Organización de Naciones Unidas, en su compromiso por erradicar la violencia de género, desde el pasado 25 de noviembre, puso en marcha la campaña “pinta tu mundo de naranja ”, es una estrategia de activismo, cuyo objetivo es llamar a la acción para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas en todo el mundo, la cual se llevará a cabo hasta el 10 de diciembre, día de los Derechos Humanos.

Participemos activamente de esta iniciativa y acabemos la violencia contra las mujeres. Ni una más.

<Todos somos responsables de prevenir y poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas, comenzando por eliminar la cultura de discriminación que permite que esa violencia continúe> Ban Ki-moon, Secretario General ONU.